Editorial

Otro caso de abusos sexuales en la escuela

Es positiva la respuesta rápida y transparente del colegio y la Administración tras la denuncia familiar

Escuela Taiga

Escuela Taiga / periodico

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La denuncia de tres familias de alumnos con discapacidad intelectual por presuntos abusos sexuales en un centro de educación especial de Barcelona vuelve a desatar la alarma social propia de este tipo de repugnantes delitos, cuando aún está reciente el escándalo del 'caso Maristas'. Los hechos denunciados apuntan a un episodio todavía más despreciable, si cabe, debido a las limitaciones de desarrollo que presentan las víctimas y que les dejan en total indefensión ante el agresor. Las sospechas recaen sobre el responsable de las actividades extraescolares de la escuela privada Taiga, que presuntamente aprovechó salidas deportivas para cometer sus actos infames. A diferencia de los Maristas, que encubrieron a los depredadores de niños durante décadas, la dirección del centro actuó de forma correcta: dio la voz de alarma en cuanto conoció la versión de los alumnos y el gerente acompañó a las familias afectadas a la comisaría para que presentaran las pertinentes denuncias. Por su parte, la Administración educativa ha aplicado el protocolo actualizado de abusos sexuales, que supone apartar de su actividad al acusado, y se ha informado a los docentes y familias del centro. También se indagará si puede haber más víctimas.

    Frente a la política de 'omertà' de los Maristas, es positiva ahora una respuesta tan rápida y transparente. Ocultar los delitos es hacerse cómplices de ellos. Visibilizarlos ayuda a castigarlos y, sobre todo, a prevenirlos.