Análisis

Otra guerra para Hamás

RAFAEL VILASANJUAN

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Los salafistas en Gaza se contaban escasos, un peligro limitado fácil de controlar para Hamás. Lo que ha cambiado ahora, es que los partidarios de la versión árabe mas intransigente del islam empiezan a abrazar la causa del Estado Islámico. Aunque el odio a Israel es común, recelan de Hamás por el apoyo que reciben de Irán, y porque consideran que están mas interesados en el poder que en imponer una visión integrista de la religión

Es pronto para asegurar que el Estado Islámico ha echado raíces en Gaza. De momento son antiguos miembros de Hamás que han dejado de obedecer su disciplina. En Gaza no tienen el beneficio de unas fronteras porosas, lo que hace difícil el acceso a armas y apoyo. Sin embargo, con un bloqueo que impide una vida normal, la franja es óptima para reclutar adeptos y difundir los ideales del EI.

¿Terroristas contra terroristas?

La distancia es un abismo. Hamás nunca ha tenido una visión global de su lucha, su proyecto es nacionalista y de enfrentamiento a Israel. El Estado Islámico, en cambio, es terror en estado puro, solo le interesa el caos y Gaza es un paraíso donde expandirse. Dos formas distintas de entender la violencia que empiezan a enfrentarse en la franja.

Aunque ha habido ataques directos a Hamás, la estrategia principal de confrontación de estos grupos salafistas es atacar a Israel mientras existe un alto el fuego. El problema de Hamás es que hasta ahora los había tolerado, pero con la expansión del Estado Islámico se han convertido en enemigos y han dejado de controlarlos.

Si Hamás les planta cara, Gaza será aún mas caótica. Pero la reconciliación en una zona tan inestable puede dar a los salafistas el resultado esperado:  atraer nuevos miembros, reagruparse, romper el equilibrio precario y declarar la batalla por el poder en Gaza. No tiene nada que ver en su conflicto con Israel, pero Hamás empieza a intuir que esta otra guerra puede ser una amenaza de igual intensidad.