MIRADOR

Orgullo compartido

NEUS TOMÀS

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Sí, yo también estoy a favor de la inmersión lingüística. Tanto que estaría dispuesta a manifestarme en la calle para defenderla. Pero no un lunes a las seis y media de la tarde. Y no porque la causa no se lo merezca, ni porque Somescola, impulsora de la concentración del lunes, no merezca toda mi consideración. Simplemente, porque la protesta me pilló, como a tantos padres y madres, trabajando. (De acuerdo, la racionalización de los horarios también debería ser una prioridad, pero así como en la defensa del catalán confío en el sentido común, en la europeización de las jornadas laborales desgraciadamente no espero nada).

En las pruebas de evaluación, el nivel de castellano de los alumnos catalanes se sitúa en la media. En Asturias están mejor, mientras que en Andalucía, por poner un ejemplo, están peor. Vamos, que el problema no debe ser el catalán, sino la mediocridad. Sea en Sant Fost de Campsentelles o en Cádiz.

La obligación de los políticos es resolver problemas, pero en el caso de la inmersión hay unos cuantos que han decidido que crearlos les da votos, aunque sea a riesgo de intentar fracturar esa convivencia de la que tanto gustan hablar. También la justicia y los medios de comunicación deberían contar hasta tres para no crear más conflictos de los ya existentes. Se llama responsabilidad. El diputado de Esquerra Joan Tardà me expresó hace tiempo su satisfacción porque muchos de sus vecinos de Cornellà, a algunos de los cuales les enseñó él hace décadas a escribir en catalán, sean lectores de EL PERIÓDICO en esta lengua. Estaba orgulloso porque era un triunfo de la inmersión, no en la escuela, pero sí en muchos centros de trabajo y bares en los que se desayuna con la edición en catalán.

Con toda la modestia, es un orgullo compartido que, a los que gozamos del privilegio de disponer de una tribuna, nos obliga a alzar la voz en defensa de un modelo que ha funcionado. Decir las cosas como las pensamos, que diría Pepe Rubianes, ese «galaicocatalán» que hablaba en castellano pero entendía a Catalunya como nadie.

#CarrerdePepeRubianes