Dos miradas

Oportunismo uniformado

EMMA RIVEROLA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿De qué color escogeremos la falda? ¿Gris o estampada a cuadritos? ¿Por debajo de la rodilla como en los colegios del Opus, ligeramente por encima o a niveles de vértigo como en las series de la tele? Aunque, ¿por qué las chicas tienen que llevar falda? Eso no deja de ser una visión conservadora de la mujer. No, mejor pantalones. Chicos y chicas. ¿De talle alto o bajo? Se deberían desterrar los pantalones que dejan entrever los calzoncillos. A no ser que también contemplemos la ropa interior uniformada. Las pulseras, los relojes y los móviles, especialmente los móviles, también son un distintivo social. ¿Debe prohibirse su entrada en los centros educativos? Si el objetivo es disminuir la obsesión de los menores por las marcas, ¿hasta dónde llevamos la uniformización? ¿Por qué limitarnos al ámbito escolar? Pero ¿hay algún ámbito de la sociedad libre del imperio de las marcas? Para los padres es mucho más cómodo. Se acabaron el lavabo ocupado por el adolescente y las dudas eternas ante el armario. Es posible que hasta llegue a ser más económico, siempre que nadie pretenda enriquecerse con la operación. Aunque el regusto rancio es difícil de evitar. ¡Con lo que llegamos a odiar la tristeza de esas prendas obligadas!

¡Hala! Ya está. Unas líneas dedicadas al uniforme. Esa oportunista maniobra de distracción. Y ahora, ¿cómo solucionamos los problemas reales del sistema educativo?