LA RUEDA

Un ministro contra las redes sociales

SAÜL GORDILLO

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Este Gobierno no entiende el comportamiento de las redes sociales, o quizá lo entiende tanto que prefiere utilizarlas como excusa para el victimismo o la criminalización. El ministro de Interior se ha erigido en el 'sheriff' de internet, un policía con la porra en una mano y la biblia de la corrección política en la otra. Jorge Fernández-Díaz recuerda al gobernador civil de Asturias que fue entre 1980 y 1981, en la tierna democracia controlada por herederos del franquismo. Han pasado cuatro décadas y por el camino se inventó internet y se han popularizado las redes sociales, pero Fernández-Díaz concede medallas al mérito policial a vírgenes y santos e inaugura cuarteles entre tricornios y sotanas, como en los mejores tiempos del blanco y negro. Como cuando andaba por el Gobierno Civil de Asturias. Esta derecha naftalinosa se ha apropiado de la Constitución Española, ha ocupado los poderes del Estado, ha intervenido en medios de comunicación y ahora pretende trasladar su lógica antigua, de control ideológico y moral, a una de las herramientas que tiene la ciudadanía a su alcance para expresarse libremente: las redes.

Sabemos perfectamente que sin internet ni canales como Facebook y Twitter que tanto preocupan a este ministro del Gobierno de los seis millones de parados hoy la reivindicación social y nacional de Catalunya estaría domesticada. Sabemos también que hace diez años, José María Aznar intentó manipular con los atentados del 11-M para favorecer a su candidato designado a dedo, Mariano Rajoy. De los autores de «ha sido ETA» y «vamos a poner orden en las redes sociales», no se esperen una propuesta bienintencionada. Esto no va de dignificar las redes, sino de controlarlas. Esto, aunque parezca mentira, no es nada europeo ni moderno.