¿El Real pagará lo de la Real?

Carlos Martínez, de la Real Sociedad, lucha con Neymar.

Carlos Martínez, de la Real Sociedad, lucha con Neymar. / periodico

ANTONIO BIGATÁ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Al Barça le toca enfrentarse al Real Madrid tras haber sufrido un mazazo en sus partes. Un mazazo de los de verdad, de los que no parecen ser un accidente, de los que abren interrogantes y siembran dudas. El barcelonismo tiene la mosca detrás de la oreja: ¿empezó a verse en el estadio vasco de Anoeta el temido declive?

Algo falla y no parece ser una cuestión menor. En San Sebastián por primera vez el Barça exhibió una manifiesta inferioridad en juego, en estado de forma y en ánimo psicológico ante un adversario normal. La Real jugó bien, muy bien, pero sin hacer nada que en otras ocasiones no supo resolver o por lo menos encarar el Barça. No pasó lo circunstancial de otras veces, aquello de la mala suerte en los remates (el equipo chutó poquísimo), o lo de pasarse de frenada al dosificar fuerzas y tardar luego demasiado en ponerse a jugar en serio, o lo de sufrir una contundencia excesiva de los adversarios (la Real actuó con intensidad pero fue menos sucia que otros rivales del Barça). Lo que ocurrió tiene una explicación más diferente y sencilla: el Barça fue manifiestamente más flojo que el adversario desde casi todos los puntos de vista.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\u00a0La condici\u00f3n f\u00edsica,\u00a0","text":"las lesiones y las rotaciones hicieron crujir el ensamblaje azulgrana"}}

Creo que tienen razón quienes ven una insuficiente condición física y una fragilidad a causa de las lesiones. También crujió su ensamblaje por la irregularidad del resultado de las rotaciones. Pero lo peor es que se mostró gastado, sin tensión, sin ninguna generosidad en los esfuerzos continuados, sin punta de velocidad. Eso le creó en San Sebastián muchas pérdidas no forzadas de balón y numerosísimas situaciones de inferioridad numérica al disputar jugadas concretas.

UNA MEDULAR DÉBIL

Esos males evidentes del Barça le crearon un centro del campo muy desbordable. Como de la noche a la mañana Busquets, demasiado solo, se ha vuelto insuficiente para controlar la zona ancha del campo. Eso lo fragiliza todo. ¿Es coherente continuar con el esquema que se aplica desde que se dio prioridad a los contragolpes del tridente respecto al anterior fútbol-control del tiki-taka o hace falta incorporar un centrocampista fajador más?

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Si el Bar\u00e7a\u00a0gana al Madrid","text":"\u00a0pero sigue con su trayectoria zigzagueante no ser\u00e1 campe\u00f3n"}}

El Barça corre ahora varios riesgos. Uno sería ganar ahora con brillantez (o con apuros poco graves) al Real Madrid y sucumbir luego a la tentación de no ponerse a resolver de verdad los problemas detectados en San Sebastián. El Madrid es mortífero por su capacidad de marcar goles, pero es más un monstruo del resultadismo que un equipo con buen fútbol. Por eso el Barça actual puede ganarle perfectamente y continuar sin embargo con la trayectoria zigzagueante de los últimos tiempos. Si hace eso no será campeón.

CRÉDITO CON MESSI

A este Madrid en una buena actuación el Barça puede incluso resultarle sencillo ganar. Lo realmente complejo es resolver con celeridad las lagunas preocupantes, y eso exige mucho trabajo, cierta humildad y varios replanteamientos. Y si no le gana los seguidores no han de caer en el otro gran riesgo de este momento: abonarse al catastrofismo. En ese caso hay que seguir la misma pauta de faena. Como dice Luis Enrique, el actual Barça se ha hecho merecedor de crédito y es el momento de dárselo. Pero es el entrenador quien debe revisar a fondo muchos aspectos relacionados con la forma física y la estrategia. Si lo hace, la temporada todavía es joven y el Barça está a tiempo de demostrar que por lo menos mientras dure Messi no tiene que pasar por ninguna decadencia.