La rueda

Operación Rivera

Es ridículo que el PP combata a C's recordando sus orígenes catalanes

JOSÉ A. SOROLLA

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Con Podemos desleído en candidaturas heterogéneas, una de las incógnitas más sabrosas de las municipales y autonómicas de mayo será el resultado de Ciutadans/Ciudadanos (C's). La operación Rivera que se fragua tiene semejanzas y diferencias con la operación Roca de hace tres décadas.

La principal semejanza es que por segunda vez en la democracia un partido catalán -nacido en Catalunya-- de signo centrista reformista intenta dar el salto para gobernar España, o al menos influir en la gobernabilidad. Hay otras similitudes: la extensión de Ciutadans al conjunto de España se produce cuando el bipartidismo está en crisis y el espacio del centroderecha está en disposición de admitir nuevos inquilinos. En 1986, cuando Miquel Roca encabezó la operación que lleva su nombre con el Partido Reformista Democrático (PRD), sucedía algo similar, ya que la UCD se había hundido en 1982 y el voto del centro y la derecha estaba en busca de destino. Al final, fue a parar a la Coalición Popular de Manuel Fraga, que quedó, no obstante, a 80 escaños del entonces omnipotente PSOE.

Hay también diferencias sustanciales. La principal es que el germen del PRD era un partido nacionalista catalán como CiU, mientras que Ciutadans es el partido catalán más español (el PPC es la delegación en Catalunya del PP). Por eso es más ridículo que el PP combata el ascenso de Ciudadanos recordando sus orígenes catalanes y pronunciando su nombre solo en catalán aproximado. Pero hay obsesiones perpetuas.

C's crece en las encuestas al tiempo que cosecha importantes apoyos mediáticos, que usan al partido de Albert Rivera como antídoto del sistema contra el virus de Podemos. El dinero no le faltará a C's. Pero el PRD también tenía buenas encuestas y muchos recursos, que al final se desperdiciaron en menos de 200.000 votos y cero diputados. Es probable que la segunda oportunidad sea distinta, pero Rivera haría bien en recordar los antecedentes.