Gente corriente

'Ola': «Escuchando a los demás nos hacemos sabios»

La generosidad de los lectores hizo posible que este tenaz alumno de la UB saliera de la miseria y siguiera estudiando.

«Escuchando a los demás nos hacemos sabios»_MEDIA_3

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GEMMA TRAMULLAS

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Era marzo del 2011 y el paraninfo de la Universitat de Barcelona (UB) vibraba con un concierto de música clásica. Era la única persona de piel negra entre el público, y más que escuchar la música, la absorbía por todos los poros. Era imposible no fijarse en él. Le pregunté su nombre: «Akinsulire Olakunlemi Precious,Ola, en versión corta». Unos días más tarde, la historia de este profesor de bachillerato de Nigeria que vino a estudiar Biología a la UB y vivía casi en la indigencia se publicó en EL PERIÓDICO. En la entrevista número 1.000 de esta sección, Ola cuenta cómo le ha cambiado la vida.

-¿Recuerda la última frase que dijo en la primera entrevista?

-Sí. «Las dificultades son parte del proceso de la vida».

-Y algo más. Dijo: «Saldré de esta».

-Estoy más cerca del final. Me planteo terminar la carrera el primer semestre del año próximo. Ha sido una aventura muy larga desde que salí de mi casa en Ondo [Nigeria]. Recuerdo que en el aeropuerto le dije a mi madre: «Nos vemos dentro de cuatro años». El 29 de junio hará cuatro años que aterricé en Barcelona.

-Jamás hubiera imaginado que, sin conocerme de nada, la gente pudiera ser tan bondadosa. Júlia, mimadrecatalana, me ofreció una habitación en su casa. Me trataba como a un hijo y su nieta me llamaba «el señor de África». Espero poder compensarla.

-Varias personas llamaron a EL PERIÓDICO tras aquella entrevista.

-Un empresario, que pidió anonimato, se ofreció para pagarle los estudios hasta que encontrara trabajo.

-Me compró un ordenador portátil y me ingresó 500 euros al mes hasta que su empresa empezó a ir mal. No olvidaré su gesto en la vida.

-¿Y la universidad?

-Tanto mis compañeros como el decano y el rector de la UB me hicieron sentir que no estaba solo. Hasta hace poco ayudaba en la cocina del Col.legi Major de Sant Jordi a cambio de tres comidas al día. Ahora mi Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días me financia el alquiler y la carrera con un préstamo que tengo que devolver en ocho años y la comida la voy a buscar a Cáritas.

-¿No puede trabajar?

-Tengo todos los requisitos para tener los papeles en regla, menos una oferta de trabajo. De hecho, poco después de la primera entrevista me cogió la policía y me iban a echar del país, pero al final me pusieron una multa. No puedo seguir dependiendo de la voluntad de la gente.

-Es un muy mal momento.

-Lo sé, pero confío en que un día tendré suerte. Estoy en deuda con la gente y espero de corazón que las cosas mejoren para este país, pero no será pronto. Las políticas del Gobierno deberían mostrar una cara humana para salir de la crisis.

-¿Le interesa la política?

-Escucho los debates en el Congreso entre Rajoy y Rubalcaba. Me encanta el poder de oratoria que tienen.

-Rajoy, ¿poder de oratoria?

-Bueno, Rubalcaba sí, es muy analítico. ¿Sabe? Yo fui secretario general del sindicato de estudiantes de Ondo y como representante de los alumnos, que habían depositado su confianza en nuestras manos, aprendí a dejar de lado la ideología y a escuchar. Solo escuchando a los demás nos hacemos sabios. La sabiduría del otro es la que utilizamos para construir nuestra propia sabiduría.We use the wisdom of others to be wise. ¿Me entiende? Eso es lo que deberían hacer el PP y el PSOE para sacar al país de la crisis, escuchar.

-En estos cuatro años, ¿ha pensado alguna vez en tirar la toalla?

-Muchas, una vez estuve a punto de tirar la carpeta al río Llobregat. Cuando me sentía así releía una carta de mi tío que dice: «Hagas lo que hagas y pase lo que pase, mantén siempre claro tu objetivo,be focused in all you do». Jamás imaginé que venir a estudiar sería tan duro, pero la vida es una lucha: si luchamos, quizá ganaremos; si no luchamos, ya hemos perdido. Según las leyes de la física, para que un objeto en reposo cambie de posición hay que ejercer una fuerza. Si no haces un esfuerzo, no se mueve. Eres tú quien decide en qué dirección quieres ir, si adelante o atrás.