La clave

El ojo clínico de Aznar

José María Aznar y Mariano Rajoy, ayer por la mañana, en el campus de FAES.

José María Aznar y Mariano Rajoy, ayer por la mañana, en el campus de FAES.

ENRIC HERNÀNDEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En su dilatada carrera política, Mariano Rajoy se ha enfrentado sucesivamente a tres líderes socialistas, con suerte electoral dispar. José Luis Rodríguez Zapatero le hizo morder el polvo en dos ocasiones. Alfredo Peréz Rubalcaba, víctima de la crisis, de la gran rectificación de su predecesor y de sus propias circunstancias, no le aguantó el primer asalto. Y el resultado de su duelo con Pedro Sánchez aún está por escribir. Estos han sido sus rivales durante la última década, pero el principal enemigo de Rajoy, el verdadero jefe de su oposición, ha sido siempre el mismo que lo ungió como sucesor: José María Aznar.

Cuando al líder del PP le han ido mal dadas, Aznar jamás ha faltado a la cita. Tampoco lo ha hecho tras el revolcón sufrido por los populares el 27-S, que ha dado pie al expresidente a recordar que el de Catalunya fue el «quinto aviso» electoral a Rajoy; que la situación del líder conservador está «seriamente comprometida»; y que Ciudadanos está conquistando el espacio que antes ocupó el PP. Por si a Albert Rivera le faltaban credenciales, ahí tiene las de Aznar.

Sus palabras se podrán juzgar impertinentes o desleales con su partido, pero no erradas en el análisis de fondo. Otra cuestión es la autoridad moral que le asiste para expresarse así, habida cuenta de que, como él ha mismo ha confesado, entregó el partido a Rajoy por descarte, pues su primera opción, su «sucesor natural», fue siempre Rodrigo Rato.

En sus memorias, Aznar revela que Rato le dio dos veces calabazas. Y que, cuando al fin le expresó su deseo de sucederle, fue él quien lo descartó: «Si hubiese pensado que Rato iba a administrar mejor el desafío del nacionalismo, lo habría propuesto. Pero, en este tema, Mariano me inspiraba más confianza».

Selección de personal

Hoy Rato está judicialmente imputado por gravísimos delitos --falsificación, apropiación indebida, blanqueo...--, tiene su fortuna embargada y el pasaporte, retirado. Hoy, bajo el mandato de Rajoy, la pulsión independentista ha alcanzado en Catalunya cotas inimaginables años atrás. Como analista político quizá no tenga precio, pero su ojo clínico en la selección de personal deja mucho que desear.