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Obispos y sentido común

albert
Sáez

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La publicación en el 'Boletín Oficial del Estado' del currículum de la asignatura optativa de la religión confesional cristiana ha evidenciado esta semana la enorme distancia cultural que separa hoy a una parte de la jerarquía católica y a la mayoría de la sociedad española. Cierto es que los acuerdos internacionales entre España y la Santa Sede amparan que sean los obispos quienes marquen el temario de esta asignatura doctrinal y cierto es también que una mayoría parlamentaria, y por tanto democrática, ha aprobado que esa materia vuelva a ser evaluable. Pero entre el derecho y la oportunidad hay siempre un trecho que los vestigios del wojtylismo en España no han sabido recorrer esta vez. Como tampoco lo hicieron en el caso del nuevo piso del cardenal Rouco en Madrid, más propio de la era Bertone que de la etapa Parolin, y fue aún más evidente en el caso de las denuncias de pederastia en Granada que antes de ser archivadas por el arzobispo titular fueron aireadas por el mismísimo papa Francisco, poco amante de los decretos, de los pisos desproporcionados y de los expedientes archivados.

Candidatos en Barcelona

Ciertamente, como se ha visto esta semana, para muchos españoles la Iglesia católica ya no tiene solución de manera que ni los cambios de Papa ni los relevos de obispos despiertan la más mínima expectativa. Quienes aún la tienen, son capaces de recordar que antes que Rouco existió Tarancón o que antes que Javier Martínez hubo obispos como Joan Carrera, del que se acaba de publicar una espléndida biografía ('Un bisbe del poble') donde se recuerda su compromiso con los barrios donde se arrojó a los emigrantes que llegaron a Barcelona y sus alrededores en los años 60 del siglo pasado combinado con su compromiso antifranquista y catalanista. Los obispos no solo difieren doctrinalmente. Los ha habido y los hay con sentido común. Que jamás aprovecharían un tratado internacional para intentar obligar a la gente a rezar. Seguramente eso es lo que busca el papa Francisco en los candidatos a ocupar el arzoobispado de Barcelona: Joan-Enric VivesJuan José Omella Sebastià Taltavull. La solución, en septiembre.