Incapaces

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en el Congreso.

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en el Congreso. / periodico

JAVIER LÓPEZ

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Parece que a finales de octubre saldrá del horno la nueva ley del aborto y será aprobada por el Consejo de Ministros. Digo parece porque es la quinta fecha que ha dado el ministro del ramo, Gallardón. El ministro progre de los populares lleva dos años dando bandazos con el tema y sacando información a cuentagotas para minimizar las previsibles movilizaciones sociales. Pero sabemos con certeza que la ley será un retroceso de 30 años a lo que derechos de las mujeres se refiere. Un despropósito. Veamos.

La actual ley permite la interrupción voluntaria del embarazo dentro de las primeras 14 semanas de gestación. Una ley de plazos homologable a nuestro entorno. Volveremos a una ley de supuestos. Adiós a la capacidad de decidir. Alguien deberá dar luz verde (siempre y cuando se cumpla alguno de los supuestos) para realizar una interrupción voluntaria del embarazo.

La propuesta Gallardón pretende eliminar la IVE por malformaciones fetales. Hoy existe esta posibilidad con una exigente regulación y con diferenciado trato antes y después de las 22 semanas. Con la supervisión necesaria se pueden interrumpir anomalías fetales incompatibles con la vida o una enfermedad extremadamente grave o incurable. Ya no se podría hacer.

El consentimiento paterno para las chicas de 16 y 17 años será obligatorio en todos los casos. Digo en todos los casos porque hoy ya es obligatorio pero se puede alegar conflicto grave que motive una situación de desarraigo o desamparo. Se elimina esta posibilidad. Parece no valer al ministro que el 87% de estas chicas hoy ya lo hacen acompañadas de sus tutores.

Cabe añadir que la prevención de embarazos no deseados y educación en salud sexual brilla por su ausencia. Esa es la estrategia del PP. El Gobierno ha dejado de financiar los anticonceptivos más utilizados. El pasado agosto dejó de formar parte del Sistema Nacional de Salud el último paquete de anticonceptivos introducido sólo dos años antes (incluía los de mayor uso).

El Gobierno también podría endurecer el aborto en el Código Penal. El artículo 417 bis, derogado con la actual ley de plazos, podría reintroducirse al volver al modelo de la ley de supuestos de 1985. Facilitando acusaciones e investigaciones negligentes que criminalicen a las mujeres. Existen sobrados casos al respecto.

La (contra)reforma dejaría sin cobertura legal 100.000 de los 120.000 abortos que se realizan anualmente. 5 de cada 6. Escandaloso. Provocará un espectacular aumento de abortos clandestinos e inseguros y volverá el turismo abortivo. Ahora, eso sí, con compañías Low Cost. Como con tantas decisiones del actual gobierno, la cuenta corriente permitirá o no ejercer lo que hasta hace muy poco era un derecho.

Si miramos los países de nuestro entorno, la vergüenza se convierte en humillación. Tendremos una legislación más restrictiva que las apostólicas Polonia e Italia. Nuestra nueva normativa será sólo comparable a la de Malta, Mónaco, Liechtenstein o San Marino. Que como todos sabemos son países de vanguardia y avanzados en cuanto a derechos.

¿Y cuál es el argumento del Gobierno para tal disparate? Aparecía en el programa electoral. Parece ser que el PP ha decidido que esto sea lo único vinculante de todo lo que dijo en su campaña electoral. Porque si no se cumple con los pensionistas, los desempleados, los estudiantes o los contribuyentes no hay problema. Eso sí, con las asociaciones pro-vida hay que cumplir. Por cierto, cuando se rechazó la propuesta de reforma en el Parlament de Catalunya CiU y C’s decidieron marcar en la votación la casilla del No sabe/No contesta dando libertad de voto y absteniéndose respectivamente. Todo dicho.

Pero, más allá de todo esto, pensemos como tratará la legislación a la mitad de nuestro país: como incapaces. La legislación las incapacitará para decidir porque el legislador cree que son incapaces para ello. Incapaces para decidir sobre su cuerpo. Incapaces para decidir sobre su maternidad. Incapaces de tomar una de las decisiones más relevantes que una mujer debe tomar en la vida. Y, por extensión, incapaces también nosotros, la otra mitad del país. Porque los niños no vienen de París (aunque al gobierno no le gusta que lo digamos muy alto). De aquí a que una mujer tenga que ir acompañada para abrir una cuenta bancaria hay un paso. Uno pequeño. Que aunque hoy suene extraño en este país se permitió a una mujer abortar y abrir una cuenta sola casi a la par.

@fjavilopez