Al contrataque

Nuestros orígenes rurales

El creciente desplazamiento de los pueblos a la ciudad es un hecho capital en nuestra intrahistoria reciente de la que no parece que seamos muy conscientes

Una masía encaramada en uno de los peñascos de Tost, en el Alt Urgell.

Una masía encaramada en uno de los peñascos de Tost, en el Alt Urgell. / periodico

NAJAT EL HACHMI

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Nuestro mundo cotidiano, tal como lo conocemos, no hace tanto que existe. Vamos al súper donde encontramos miles de productos envasados, ordenados, al alcance de la mano. Tenemos que escoger continuamente, decidir qué compramos, pensar cómo nos alimentamos a lo largo de la semana. Esta rutina, como mucho, tiene 40 o 50 años, sobre todo si hablamos de productos frescos. La enorme gama de alimentos a disposición del cliente ha crecido de modo exponencial pero detrás de este fenómeno, que como consumidores notamos a la hora de comprar, hay una gran transformación socioeconómica, puede que una de las más importantes de los últimos siglos.

Di no hace mucho con un documental hecho por la Fundació Món Rural titulado 'No diguis blat... La memòria del món rural'. Aparecen en él testigos que hablan de la evolución vertiginosa que ha sufrido el payés catalán en los últimos cien años. A principios del pasado siglo la mayoría de explotaciones eran de subsistencia. Abundaban o bien los masoveros que labraban tierra ajena o los payeses con una pequeña propiedad en la que cultivaban un poco de todo. Después de la guerra la escasez de bienes y el estraperlo mejoraron ligeramente las condiciones de vida de los que vivían en el campo, pero la cosa duró poco porque a partir del momento en que se produjo una mejora económica general y comenzó la especialización, los pequeños propietarios fueron engullidos por el que se convertirá en modelo imperante, el de grandes propiedades que se dedican al monocultivo.

Éxodo rural sin precedentes

También fue el momento en el que se inició un éxodo rural sin precedentes, puede que uno de los cambios más importantes que ha vivido nuestra sociedad y que ahora también es un fenómeno de enormes dimensiones en los llamados países del tercer mundo, donde la expansión de grandes corporaciones agroalimentarias obliga a quienes viven de la tierra a desplazarse hacia las ciudades. En el documental también se habla de esta emigración y del esfuerzo que aún hacen algunos payeses para mantener vivos los últimos vestigios de una forma de vida abocada a la desaparición.

'El payés y su mundo' es un libro de Josep Pla de principios de los años 50 en el que describe, precisamente, este mundo que ya no existe. Andando tranquilamente por los caminos va observando una realidad que ahora nos podría parecer de muchos siglos atrás o de países muy lejanos: mínima mecanización, poca infraestructura y en general duras condiciones de vida que ya provocaban las primeras deserciones. Cuenta Pla, por ejemplo, lo excepcional de los cuartos de baño en algunas masías, la precariedad de los accesos para llegar a ellas o la falta de agua corriente o electricidad. Y prevé un creciente desplazamiento de los pueblos a la ciudad. Un hecho capital en nuestra intrahistoria reciente de la que no parece que seamos muy conscientes.