EL EPÍLOGO

Nosotras parimos

IOSU DE LA TORRE

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He conocido a bastantes mujeres que un día decidieron abortar. Incluso traté muy de cerca a esposas de dirigentes del PP que también acudieron a una clínica convencidas de lo mismo. Ninguna ha olvidado aquel día. La tensa espera a ser llamada, el escalofrío del acero de la mesa del quirófano, el mal cuerpo, el latido acelerado, la boca pastosa y el dolor de las horas posteriores hasta recuperar el nervio. El recuerdo es una cicatriz que perdura años después, cuando son madres y también abuelas.

En el verano del 2012, todavía hay inquisidores que acusan a las que abortan de merecer la hoguera. Incluso gobierna un ministro de Justicia que ha anunciado que cambiará la ley para quitar la libertad a una embarazada de un feto malformado que, además, puede poner en peligro la vida de la madre.

Desconozco si el justiciero llevará adelante los planes de su partido, si lo que pretende es abrir el debate para acabar moderando sus intenciones o si ha montado una cortina de humo que enmascare esta semana en la que Catalunya y España apestan a rescate e intervención.

Si damos por falsas la segunda y la tercera hipótesis, queda la certeza de que guillotinará la ley del aborto. Y otra conclusión que duele como una patada en la entrepierna: no se ha molestado en conocer la traumática experiencia de las mujeres que parieron criaturas con malformaciones o espina bífida y las amaron hasta un infinito cercano al dolor de haberlos perdido. Los médicos certifican la escasa esperanza de vida de esos bebés, señor ministro. Sin olvidar que las familias afectadas no tendrán apenas ayudas del sistema público porque las eliminarán con la política de los tijeretazos.

Letanía de guerra

Que le quede claro al ministro, a las huestes ultras del PP y a los inflexibles provida esta letanía inspirada en José Agustín Goytisolo : «Nosotras parimos, nosotras decidimos». «Nosotras parimos, nosotras decidimos». «Nosotras parimos, nosotras decidimos». «Nosotras parimos, nosotras decidimos». «Nosotras parimos, nosotras decidimos».