Normal

Hay que adaptarse a la nueva normalidad. Dicho así, suena a palabras vacías. Pero repetido de nuevo, y en el inglés simplificado, simplista y tan socorrido en las escuelas de negocios, hablar ahora de new normal para explicar lo que está ocurriendo en la evolución de la economía diaria tiene sus buenos referentes. Lo de new normal lo inventó hace cuatro años el mayor especulador de renta fija del mundo, Bill Gross (Pimco), para justificar que los artificios bursátiles de alta rentabilidad se acababan, y el término tuvo tanta aceptación que hasta el presidente chino Xi Jinping advirtió en mayo que China entraba en la inesperada normalidad de crecer menos.

El Banco de España, fiel a su tradición de ser referente de estadísticas completas y fiables, ha vuelto a avisar de que lo normal es que España crece poco y menos de lo que dice el Gobierno. Y el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuando le dejan trabajar sin interferencias, también ha conseguido un retrato fiel y ajustado de cómo evoluciona el escaso mercado de trabajo entre las familias españolas (mide lo que sucede en los hogares, más allá de circunstancias individuales). Ambos registros, difundidos ayer, retratan lo que va a ser normal en España por un largo tiempo. No es nuevo.