No todo vale, señor ministro

ENRIC< HERNÀNDEZ

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El pasado octubre, la ONG Prodein difundió un vídeo filmado en la valla de Melilla en el que unos guardias civiles aplicaban a un joven subsahariano la típica' devolución en caliente': después de que Danny pisara suelo español, y aparentemente inconsciente, lo llevaron en volandas al otro lado de la verja, dejándolo a recaudo de la compasiva policía marroquí. Las imágenes no ofrecen dudas. Ni tampoco la ilegalidad de una práctica policial que Interior siempre niega pero que Europa no se cansa de denunciar.

A preguntas de Jordi Évole, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, evitó este domingo entrar en el fondo de la cuestión, la evidente conculcación de la ley por parte de los agentes, pero acusó al joven camerunés de fingir el maltrato: «No sufrió ninguna agresión, su actuación fue simulada. No estaba inconsciente. Simuló estar inconsciente y herido. Todo se demostró absolutamente falso». Fin de la cita.

Este jueves, el juez de Melilla Emilio Lamo de Espinosa ha citado como imputados por esa misma actuación a los ocho guardias civiles que aparecen en el vídeo. Les atribuye los posibles delitos de "trato degradante», y en su caso, de «lesiones». Al instructor, con más agudeza visual (o apego a la verdad) que el ministro del Interior, le basta con el visionado de la cinta para concluir que Danny fue «rodeado y golpeado por un grupo de guardias civiles» que no solo emplearon sus armas de defensa, sino también un «garfio». Y, como colofón, el juez anuncia que investigará si con esta 'devolución en caliente' los agentes incumplieron conscientemente la ley, incurriendo en el delito de prevaricación por el que ya ha sido imputado el teniente coronel de la benemérita en Melilla.

Guardias civiles indignados

Pero quien ha exigido la dimisión de Fernández Díaz no ha sido la oposición, sino una indignada Asociación Unificada de Guardias Civiles que le acusa de dejar al cuerpo «a los pies de los caballos». ¿Así le pagan que sembrase de cuchillas la verja? ¿Así que ampare esos 'pequeños deslices' policiales¿O que mire a otro lado cuando no se respetan los derechos humanos de los inmigrantes? Por razones de Estado, señor ministro, no todo vale.