Ventana de socorro

Ninguna mujer

La prostitución ha crecido exponencialmente en España porque la demanda es muy grande

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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Ninguna mujer nace puta, dice un manifiesto que circula en la red. Lo firma un grupo de mujeres preocupadas por la inclusión de la regularización de la prostitución en el programa electoral de algunos partidos. Hablamos de ello como si solo afectara a las mujeres, pero los usuarios son hombres. Hay oferta porque en nuestro país la demanda es grande. Me asombra que a mayor educación sexual, mayor tolerancia y libertad de costumbres, de facilidades para hacer y deshacer los vínculos, hayan aumentado exponencialmente la pornografía y la prostitución. Mientras unas mujeres nos acercábamos a mayores cotas de igualdad, al mismo ritmo otras eran sometidas, la mayoría extranjeras. Una vez traspasan la frontera, quedan a expensas de sus empleadores o extorsionadores y se pierden por completo a sí mismas.

Por otro lado, hay quienes se autodenominan trabajadoras sexuales y sostienen que es un trabajo sin más que debería estar reconocido y protegido porque se puede ejercer libremente y sin otro daño para la psique y la dignidad que el que se padece en otro empleo cualquiera. Me toca respetar esa idea, aunque no la comparta. Cada uno vivimos el sexo de una manera, pero no es una expresión del yo ni un contacto con el otro que deje indiferente. La relación sexual es un terreno donde ocurren muchas más cosas de las que a simple vista se perciben.

El importante manifiesto alude a muchas de las circunstancias que han permitido el enorme desarrollo de la industria de la prostitución, pero también subraya la conexión entre prostitución, machismo y desigualdad. Si nuestros candidatos quieren hablar de prostitución, tendrán que preguntarse por qué en España hay hombres (cada vez más jóvenes) que solicitan sexo pagado con mujeres que saben sometidas, por qué los demás lo aceptamos, qué diferencia sus ideas de las de los seguidores de Boko Haram que retienen a 2.000 mujeres y niñas en los bosques de Nigeria. Son preguntas que estremecen.