Opinión | Editorial

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Neymar se va del Barça

La confirmación de la salida del brasileño obliga al club a diseñar una nueva etapa con una gran inyección económica

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Tras varios días, demasiados, de silencio, Neymar comunicó ayer oficialmente al Barça su intención de abandonar el club para recalar en el París Sant Germain (PSG), el club que gracias al cheque sin fondo de los petrodólares es capaz de pagar los 222 millones de euros en los que está cifrada la cláusula de rescisión de la estrella brasileña. Terminan así los cuatro años de Neymar en el Barça, en los que ha dejado la impronta de ser uno de mejores jugadores del mundo, inigualable en el regate, pero aún a la sombra del indiscutible e indiscutido Messi.

Tal vez este es el motivo deportivo por el cual Neymar ha decidido dar el salto al PSG, ser la única estrella de un buen equipo que aspira a dar el salto de calidad que aún le falta pese a todos los millones invertidos por su millonario jeque. Pero las causas deportivas del traspaso quedan eclipsadas por las cifras mareantes que implica y las formas mercantiles e irrespetuosas con el club, sus compañeros y los aficionados con las que han actuado Neymar y su padre, el gran artífice en la sombra del cambio de equipo. La guinda son esos 26 millones que Neymar padre pretender cobrar por la renovación de su hijo después de que haya decidido romper ese mismo contrato.

Para el Barça, la salida de Neymar es un golpe pero no debería ser un trauma, sino una posibilidad para demostrar con hechos la afirmación de que nadie está por encima del club. Para la directiva es una prueba de fuego. La junta que ahora dirige Josep Maria Bartomeu es heredera de la que, encabezada por Sandro Rosell, fichó a Neymar en una operación aún judicializada y en la que el Barça admitió haber cometido irregularidades. En estos días de culebrón, la falta de información y la pésima comunicación han hecho que se diera la impresión de que la directiva, y con ella el club, iban a remolque de lo que Neymar padre e hijo decidieran. Ahora, tras haber sufrido la bomba del mercado, el equipo directivo del Barça tiene en sus manos una cantidad muy importante de dinero para renovar el equipo. Toca, pues, tomar decisiones deportivas trascendentes. La era del tridente, que de más a menos le ha dado al club tres copas, dos ligas y una Champions, ha terminado. Toca saber invertir y elegir bien en el mercado a los protagonistas que estarán junto a Messi y compañía en esta nueva etapa, ya sin Neymar.