Pantallas

Neurociencia y teleseries

MIKEL LEJARZA

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En una temporada normal, el número de programas que se estrenan y que, al terminar su primer ciclo de emisión, se consideran un éxito suele rondar entre el 14% y el 20%. Por debajo de la primera cifra se trataría de un periodo desastroso  y por encima de la segunda de un éxito casi histórico.

Por éxito se entiende que el programa en cuestión haya ocupado durante toda su emisión, y no sólo el día de su estreno, una franja cuya audiencia haya mejorado respecto a lo que conseguía con anterioridad. Que un porcentaje de acierto de uno de cada cinco sea algo sobresaliente sólo ocurre en el sector audiovisual y sería inadmisible en cualquier otro aceptar como normal un índice tan elevado de fracasos. Evidentemente estas cifras varian en función de la competencia existente, pero son las que se utilizan en los mercados más amplios.

Patrick Georges es neurocirujano y cree que su especialidad puede ayudar a mejorar estas estadísticas. Después de 10 años de investigaciones en neurociencia ha concluido que todos los contenidos audiovisuales, cualquiera que sea su género, se deben de someter a las normas que rigen la zona nueve de nuestro cerebro, es decir, el de la corteza prefrontal. Esta región cerebral está involucrada en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos, en la expresión de la personalidad, en los procesos de toma de decisiones y en la adecuación del comportamiento social adecuado en cada momento.

Según muchos autores es ahí donde reside la clave que explica nuestra personalidad, como somos, como establecemos distinciones entre pensamientos conflictivos, juicios acerca de lo que está bien y mal, predecimos lo que nos puede pasar y en definitiva es donde se coordinan nuestros pensamientos y acciones de acuerdo a nuestras metas. Por eso desde el conocimiento y el control que aporta la neurociencia de esa parte del cerebro podría llegarse a construir generadores de emociones como herramientas que ayudarán a la creatividad y, con el apoyo de la inteligencia artificial, actuar para reducir el riesgo de tener audiencias insuficientes.

NO ES CIENCIA FICCIÓN

De hecho, no es ciencia ficción, la empresa Fiction Lab ya lo ha hecho bajo la coordinación del mencionado Patrick Georges. Según sus estudios una serie de éxito debe de tener un 16% de stress; un 21% de emociones negativas; un 10% de positivas; un 21% de excitación; un 21% de construcción, y asi hasta completarla con diferentes elementos emocionales que la hagan perfecta y adecuada para nuestro cortex prefrontal.

A modo de ejemplo, Georges ha analizado el enorme éxito de 'Juego de tronos', y concluye que se trata de una maquinaria perfectamente diseñada con dosis de injusticia; algunas separaciones dolorosas; la incapacidad de actuar de algunos protagonistas; la falta de responsabilidad de otros, que obedecen todas ellas a la fórmula perfecta que explica  su éxito.

Con análisis así, el equipo de Georges ha concebido un 'software' que analiza guiones, los testa y propone una serie de soluciones para mejorar el contenido, especialmente para incrementar los puntos de tensión y provocar las emociones que mejor se adecuen a nuestro cerebro. Así que la cosa se complica aún más. Si hasta hace poco teníamos expertos en márketing, en programación, en guiones, en formatos, actores o directores e informáticos ahora habrá que empezar a tener en cuenta también a los neurocirujanos.