Peccata minuta

Naufragio

Pedro Sánchez tiene algo de Cristiano, guapo consentido y repeinado que no acaba de entender por qué no se le quiere tanto como le piropea su espejo

Pedro Sánchez y Jordi Évole, durante la entrevista del 30 de octubre del 2016.

Pedro Sánchez y Jordi Évole, durante la entrevista del 30 de octubre del 2016. / periodico

JOAN OLLÉ

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A la que a Pedro Sánchez se le quebró la voz cuando habló de su pena, a un servidor, tal vez por deformación profesional, se le pasó por la cabeza que algo de mal teatro había en su muy medida afonía sin lágrima de casi mártir.

Dos días más tarde ya volvía a estar entero compartiendo café con leche y camisa azul con Jordi Évole en un bar sin clientela. Tampoco allí mirada y cantinela fueron otras que las de siempre, refugiándose frecuentemente en lo majísimo que soy, Jordi, y con la mirada puesta en los posos del café con leche, donde debió de leer que Catalunya es una nación. ¿O tal vez ya lo había intuido, como una revelación, en el tardío no del PSC? Tan nación, que dijo haber hablado con los indepes para desalojar a Rajoy, extremo que Tardà, el ogro de peluche, desmintió a las pocas horas, tildándole de tramposo y mentiroso. ¿Quién falta a la verdad?

Sánchez tiene algo de Cristiano, guapo consentido y repeinado que no acaba de entender por qué no se le quiere tanto como le piropea su espejo al aplicarse el after-shave. Y, en intimidad con Évole, confesó su segundo error: «Me acuso de haber tildado a Podemos de populistas por mandato del Ibex 35, Movistar y de un tal César Alierta». ¡Alerta, Pedro, el ridículo, nunca! Y que El País de Cebrián, compañero de escopeta nacional de Felipe, hablaría muy pero que muy mal de él. ¡Huy, qué miedo! ¿No es a ellos a quienes hay que combatir, camarada? A los pocos minutos del café con leche, y sin salir de La Sexta, la pérfida Ana Pastor y su maldita hemeroteca delataron que el novicio había negado en dos ocasiones, dos, cualquier amenaza del pérfido y maldito Ibex. Es lo que tiene hablar por la boca.

UNA REGLA DE TRES IMPOSIBLE

Decimos en la Catalunya del mutante PSC y el chulopiscinas Rufián que no se puede ir a misa y repicar campanas: la ambigüedad puede ser la más alta expresión de la mentira. No presumas de virginidad, bello Sánchez, si has frecuentado los antros del poder sin lograr los favores de las más bellas. (No hablo de Susana). Nadie te ha traicionado sino una imposible regla de tres solo tuya entre ambición, humillación e inocencia. El PSOE no es Cáritas; es un gran negocio que tú has llevado a la quiebra, y los grandes accionistas piden responsabilidades.

Te deseo toda suerte de venturas en el tour evangelizador a lomos de tu Peugeot. Te volverás a encontrar como Pedro por tu casa, en medio de «¡presidente, presidente!» y «¡no es no!». Pero en Catalunya también decimos «Santa Bàrbara, quan trona», que significa tarde y mal. No acierto a adivinar una pizca de grandeza en ti ni en la sucursal catalana: solo cálculo de cómo agarrarse a un salvavidas en medio del naufragio.