Opinión

Naciones Unidas: ¿soluciones reales?

Cumbres sobre los refugiados como la que ha celebrado la ONU no servirán de nada si no se analizan las causas que generan los desplazamientos

Ban Ki Moon, secretario general de la ONU.

Ban Ki Moon, secretario general de la ONU. / periodico

JARA ESBERT-PÉREZ

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El 19 de septiembre tuvo lugar en Nueva York la Cumbre de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes, convocada con el objetivo de adoptar compromisos “para mejorar la protección de los migrantes y refugiados”, según explica ACNUR. Como resultado de la misma se ha adoptado la Declaración de Nueva York, que no tiene carácter vinculante, con la que “se comprometen a respetar totalmente los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes”. Desde Stop Mare Mortum, así como muchas otras entidades, criticamos la falta de medidas concretas. Una vez más, son declaraciones de intenciones sin mecanismos para garantizar su aplicación.

Es la primera vez que la Asamblea General propone una cumbre específica sobre migraciones y refugiados, y eso supone que el tema se sitúe en la agenda política internacional. Sin embargo, cabe reflexionar sobre el momento en que se propone esta cumbre: llevamos décadas con las denominadas crisis migratorias en diferentes partes del mundo, pero ha tenido que tocar directamente a Europa para que se le dé la importancia, el tiempo y el espacio en la agenda internacional.

UN ESCENARIO POCO ESPERANZADOR

¿Este encuentro puede generar cambios en las políticas migratorias actuales? El escenario es poco esperanzador teniendo en cuenta que son los Estados quienes gestionan las políticas migratorias y de asilo. Además, debido a este carácter voluntario, no hay medidas contra los países que no cumplan.

Los acuerdos que a nivel internacional los Estados están dispuestos a asumir hasta el momento se limitan a la elaboración de informes y recomendaciones, la firma de compromisos genéricos y la redacción de declaraciones. Mientras tanto, miles de personas mueren intentando salvar sus vidas y las de sus familias. Si el 2015 acabó con más de 3.700 muertes en el Mediterráneo, en lo que va de 2016 ya son 3.212 personas. Y eso son solo los datos que se han podido contabilizar. El Mediterráneo se ha convertido en una fosa común.

CUMPLIR NORMAS YA EXISTENTES

En la cumbre se trataron varios temas para la búsqueda de soluciones globales a la llamada crisis migratoria y de refugio. Sin embargo, varios de los objetivos se podrían alcanzar tan solo con el cumplimiento y aplicación de herramientas existentes como la Declaración de los Derechos Humanos, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea o la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos, entre otras.

Son varios ejemplos los que muestran que en la actualidad el Derecho Internacional sobre refugiados no está siendo aplicado por los Estados: el acuerdo con Turquía, las devoluciones en caliente en la frontera sur o la escasa información que se da en los centros de internamiento de extranjeros (CIE) para solicitar el asilo.

TRATAR LAS CAUSAS EN ORIGEN

Para acabar con el desplazamiento forzoso de personas en el mundo (65 millones de refugiados y 220 millones por otros motivos) hay que tratar las causas en origen, muchas provocadas por los mismos Estados que ahora rechazan su acogida: venta de armas, explotación de las tierras o participación en guerras son solo algunos ejemplos. Pero en el momento en el que nos encontramos, con miles de personas que se ven obligadas a huir de su casa, Stop Mare Mortum exige la aplicación de vías seguras y legales, medidas ya existentes, para que la gente no se tenga que jugar la vida por el camino. Se trata de reasentamiento, reubicación, visados humanitarios, reagrupación familiar, solicitar asilo en embajadas y consulados o los visados estudiantiles. Esto solo depende de los Estados y son ellos quienes pueden impedir que nadie más muera en el mar. Precisamente un informe de Intermón Oxfam pone en evidencia la ridícula actuación del Gobierno español en esta materia.

MIGRANTES SOMOS TODOS

Como planteamos desde Stop Mare Mortum, estas cumbres no servirán para nada si no se analizan las causas que generan los desplazamientos y se establecen mecanismos para combatirlas, y tampoco si no se obliga a los Estados a aplicar las vías seguras y legales. Pero aprovechamos la repercusión de esta cumbre para recordar la importancia de mantener los derechos humanos en las fronteras, derribar las vallas, eliminar las concertinas, cerrar los CIE, hacer desaparecer las fronteras externas e internas, luchar contra el racismo institucional y frenar los brotes xenófobos, entre otras reivindicaciones. Tenemos que trabajar para conseguir una sociedad en la que todas las personas tengamos los mismos derechos y se respeten las diferentes culturas y creencias. Sabemos que hay mucho trabajo por hacer, pero lo seguiremos haciendo con y sin cumbres, bajo una nueva declaración internacional y sin ella, desde la acción más próxima hasta la denuncia más lejana. Porque migrantes somos todos, y la sociedad será más justa cuando todos podamos disfrutar de los mismos derechos.