Un mundo cerrado

El 'procés' ha entrado en la fase fanática de cuando el fin justifica los medios y de ahí el estilo autoritario que empieza a envolverlo todo

Los letrados Antoni Bayona (centro) y Xavier Muro hablan con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

Los letrados Antoni Bayona (centro) y Xavier Muro hablan con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. / periodico

JOAQUIM COLL

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La desautorización que ha hecho el letrado mayor del Parlament, Antoni Bayona, del referéndum unilateral supone un durísimo varapalo para los separatistas. No solo cuestiona las condiciones en que se celebraría sino también su legitimidad democrática en base a los resultados electores del 27-S. Nada que no se haya dicho antes, cierto, pero escrito por el letrado mayor en una revista jurídica especializada debería hacer reflexionar a algunos. Por desgracia, no a los líderes de JxSí y la CUP, que viven en un mundo cerrado. Jordi Turull lo ha despachado diciendo que se trata de una "opinión política". El 'procés' ha entrado en la fase fanática de cuando el fin justifica los medios y de ahí el estilo autoritario que empieza a envolverlo todo. El nuevo portavoz del Govern ha advertido que a los del 'no' más les vale ir a votar el 1-O porque será su "última oportunidad". Democracia, dice.

Bayona también señala otro "error grave" de apreciación jurídica que comenten  los independentistas cuando afirman cansinamente que el Estado español mantiene formas autoritarias (posfranquistas). Solo hay que ver cómo andan de excitados por el documental 'Las cloacas de Interior'. Un relato que les va como el anillo al dedo. Es indudable que ha habido irregularidades graves en la cúpula de algunos mandos policiales y que la gestión del exministro Fernández Díaz es censurable, pero nada de eso ha afectado al Estado de derecho ni al funcionamiento de la justicia.

Además, estamos ante un documental de parte, que magnifica unos casos y mezcla otros, no contrasta las acusaciones y tampoco aporta nada nuevo. En clave catalana sirve para excitar el imaginario de los separatistas que no pueden vivir sin Franco hasta el punto que le han acabado rindiendo un particular homenaje el 18 de julio inundado las calles con grandes carteles donde aparecía su engreída figura. A un desinhibido Miquel Iceta le cayó la del pulpo por confesar en RAC-1 que prefirió ver una película de James Bond en lugar de ese aburrido documental en TV-3 del que tanto hablan algunos en su mundo cerrado.