DOS MIRADAS

Mundanidad

Hace poco, el Papa ha hecho dimitir al Gran Maestro de la Orden de los Caballeros de Malta, un gesto significativo en la lucha por una Iglesia próxima a la pobreza

Papa Francisco

Papa Francisco / SG

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Antes de Navidad, el Papa Francisco presidió la tradicional alocución a los cardenales de la Curia. Denunció "las resistencias malévolas que germinan en mentes perversas y que se presentan cuando el demonio inspira malas intenciones".

Mientras leía, la cámara que grababa el acto enfocaba a los príncipes de la Iglesia Católica. Entre ellos, Tarcisio Bertone, que encajaba las palabras del Papa argentino con un aire entre displicente y asustado, altivo, inquisidor y culpable.

Bertone, antiguo secretario de Estado, el hombre que se hizo construir un ático de lujo y que fue acusado de desviar dinero del hospital Bambino Gesùdesviar dinero  para pagar las obras del apartamento, podía sospechar con toda la razón del mundo que Francisco hablaba para él.

Tras la polémica, para tratar de apagar las críticas y en un caso de cinismo sin límites, Bertone hizo una donación –dijo que era voluntaria– el centro pediátrico. Es lo que el Papa ha denunciado recientemente: "Le tengo más miedo a los anestesiados con la mundanidad que a los dormidos". La mundanidad que inunda el Vaticano de "mentes perversas".

Hace poco, el Papa ha vuelto a armarla. Ha hecho dimitir al Gran Maestro de la Orden de los Caballeros de Malta Gran Maestro de la Orden de los Caballeros de Malta por discrepancias morales. Un gesto altamente significativo, contra una institución secular, en la lucha por una Iglesia "concreta y próxima a la pobreza". Acciones que algunos pueden encontrar menores y escasas, pero que son decididas, honestas y radicales.