EL APRESTO DOMINICAL

Muestrarios textiles para la era 4.0

 Filtros de agua con tejidos de punto, reutilizar el tinte del índigo para vaqueros, convertir las redes de pescadores inservibles en hilo para tejer abrigos: son tres de las propuestas ganadoras de los premios de innovación de la patronal algodonera. 

El sector español se adapta bien a las directrices de Bruselas

silvia querol

silvia querol / periodico

JOSEP-MARIA URETA / BARCELONA

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Hubo reunión en Bruselas la semana pasada para diseñar el futuro del sector textil europeo. Ninguna referencia a reconversión y despidos. Todo centrado en cómo aprovechar un intangible que viene de generaciones en todo el continente, tres siglos después de la revolución industrial que empezó en la Inglaterra del Brexit: la capacidad de adaptación.

Una plataforma de empresas, administraciones e investigadores, hablaron de estrategias de futuro para el sector, que sigue siendo una mezcla (como dicen las etiquetas de algunas prendas) de intensidad de mano de obra y de capital, aunque cada vez más decantado por este último. Concluyeron que los países de la UE tienen su punto fuerte es la especialización, porque la materia básica (comodities) queda para países terceros. Hay que elaborar nuevos tejidos a partir de los ya conocidos y proveer a los sectores emergentes en demanda para gran consumo. Y también, en la época de la individualización (costumización, la llaman), dar respuesta inmediata a cada demanda individual. Adiós a los grandes volúmenes de producción.

Pasadas las conclusiones por el filtro de la fundación centenaria Leitat, referente principal de quienes investigan sobre textiles, lo expuesto en Bruselas tiene cuatro hilos: vamos a la integración de empresas dispersas pero con un mismo fin; la eficiencia, un valor estratégico, aun tiene recorrido entre la industria española, con el liderazgo que aún se atribuye a Catalunya; cada vez se impondrá más una variante ecológica de la economía circular que requiere reaprovechar los excedentes dentro del proceso productivo; y que el gran mercado europeo será la nueva demanda según la pirámide edad, los enfermos/consumidores. Precisión: no va de sábanas y pijamas con sensores de temperatura. Se trata de nuevos materiales de prótesis o de válvulas implantadas. Los textileros de toda la vida dicen que pueden proveerlos.

Esto es lo que se urde en Bruselas. Ahora veamos lo que se trama en el sector español. En el muestrario de esas novedades textiles, con el 4.0 (ciberindustria) que fija Bruselas para las próximas décadas, o solo bienios por como va la progresión digital, ¿tiene espacio el sector textil español? Responden que sí tienen futuro 4.0 los continuadores de la primera revolución industrial española, los algodoneros, cuya patronal Aitpa se reunió el viernes en Barcelona. En paralelo y sin interferencias, la fundación que gestiona su patrimonio, impulsa desde hace dos años los premios Talento Joven que quieren fomentar la investigación entre estudiantes con aplicaciones en el sector textil.

 Con protagonismo de la histórica escuela de ingenieros de Terrassa reconvertida en una rama de Eseiaat (nombre peor impronunciable que el del MNAC), el campus de la UPC en Terrassa. La escuela, está en auge con 60 alumnos, 20 de ellos ya en tareas de investigación. El presidente de la fundación, Manuel Díaz de Marcos fijó al jurado reunido esta misma semana dos objetivos: que haya innovación y que sea aplicable, no pura especulación científica.

 Y los ganadores encajan como un guante, del hilo o de la fibra que se quiera, a lo que promociona Bruselas. La ganadora ha sido Silvia Querol, de Eseiaat, con una propuesta rompedora sobre los filtros en cualquiera de sus aplicaciones (aire, agua, etcétera). Acostumbran a ser de los llamados tejidos no tejidos -marañas de fibra- o de tejidos clásicos de calada (urdimbre y trama). Pero hay una tercera opción, propone Querol en su trabajo desarrollado en la Universidad de Aquisgrán, el tejido de punto, con la ventaja de su elasticidad (la camisa es tejido de calada, el chándal de punto) adaptable a más demandas.

La otra ganadora, Valentina Buscio (doctorada por la UPC) aborda un tema recurrente en los medios: ¿Se puede fabricar tejanos reduciendo el uso de colorantes? Su respuesta es la elaboración de unas membranas de ultrafiltración que permite reutilizar el índigo sin pérdida de calidad.

Tercer y último botón de muestra, el premio de empresa innovadora a la unión de dos clásicos, Textil Santanderina y Antex con una emergente, Ecoalf, para producir tejidos a partir de plásticos extraídos al mar y redes de pesca.Ya hay abrigos, mochilas y otras prendas de este material.

Son muestras de lo que significa industria 4.0.