Movida chiripitifláutica

FERRAN MONEGAL

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Más que un talent show parece una edición fina del Tú sí que vales, aquel concurso friqui que hacían en Tele 5.  Es comprensible que  TVE-1, después de perder, años atrás, Operación Triunfo, haya querido volver  al concurso musical. Pero con fórmulas como La voz y El número uno, instaladas potentemente en las parrillas de la competencia, necesitaban encontrar un estilo que les diferenciase un poquito. Y lo han intentado encargándole el trabajo al gran sabio en esta materia, Tinet Rubira (Gestmusic). Tinet ha fabricado un cóctel. Los ingredientes que mejor le han salido son el dinamismo y la simpatía. Ha conseguido la gesta de que Carlos Latre -sin hacer imitaciones- funcione bien como presentador y resulte hasta cordial y entretenido. La variante de involucrar a los maestros de la orquestina de música, y darles protagonismo como jurado de los aspirantes, habría sido una idea buenísima si no hubiese acabado todo en una chirigota, en plan La bande del empastre. Y en cuanto a la selección de criaturas concursantes, aquí la originalidad ha consistido -al menos en este primer programa- en incrustar mucho friqui. Otorguemos el primer premio a la criatura más chiripitifláutica, al despendolado y madurito Luis Sagasti, de Talavera de la Reina, que salió básicamente a moverse y a lanzar patadas. Una especie de bufonada de kung-fu de cercanías.

OH HAPPY, MUCHO HAPPY .- También TV-3 ha penetrado en el mundo musical con el concurso Oh happy day. Compiten virtuosos y estimables grupos corales. Llevan ya dos o tres ediciones emitidas. No es un programa dañino, todo lo contrario. En casa, nuestro canario flauta Papitu ya ha pronosticado que merecen estar en la gran final las corales Messengers de Taller de Músics Ol'Green. Este último conjunto nos hizo el sábado una sugestiva interpretación de aquel Voulez vous coucher avec moi ce soir, el picante pasaje de la pieza Lady Marmalade que con tanta picardía popularizó Patti LaBelle. A mí particularmente este concurso de TV-3 me gusta y sobre todo me tranquiliza. Se lo han encargado a la productora Veranda y es posible que habiendo logrado esta fabulosa contrata en La seva esta compañía de producciones televisivas haya quedado complacida y no vuelva a insistir para que le contraten también nuevas temporadas de aquel terrorífico Gran Nord, aquella especie de disparate en forma de culebrón.