El cuento de Homs

«El debate izquierda-derecha nos españoliza». Esta peculiar sentencia que marca un antes y un después en los tratados de política fue pronunciada por el conseller Francesc Homs en una entrevista con Antoni Bassas. Un paso más en la estrategia de Artur Mas por liderar el independentismo y convertirlo en el único árbol del paisaje. «Se ha de priorizar el eje Catalunya», insistía Homs. Que, traducido al lenguaje de las personas normales, viene a ser: se tiene que hablar solo de lo que a nosotros nos interesa y bajo nuestras condiciones. CiU sabe muy bien que ERC no traga con la lista única. ¿Por qué tendría que renunciar a sus siglas para salvar una probable caída de Convergència? ¿Por qué callar sobre la corrupción? Ahora el objetivo es desprestigiar a Junqueras y a todos los que no aceptan el papel de comparsa. Acumular argumentos para, en las próximas elecciones, acusarlos de no saber estar a la altura de un momento histórico, de ser socios que no merecen confianza y de españolizar el debate con sus puñetas y fruslerías. ¡Oh, traición!

Entonces, según Homs, debatir sobre los recortes en educación o sanidad, reclamar un plan de choque contra el paro o la malnutrición infantil, denunciar la asfixia de farmacias y asilos o reivindicar la cultura que agoniza es españolizar el debate. Entonces, ¿cuál debe ser el debate catalán? ¿El tricentenario? ¿El país de las maravillas? O, quizá, ¿el cuento de Homs?