De Montesquieu a Luis Candelas

"La Fiscalía Anticorrupción enseñó al señor Bárcenas el camino de Soto del Real, que no es un club de golf, sino el hoyo donde se recluyen las golferías"

El ex tesorero del PP Luis Bárcenas llega a los juzgados el pasado jueves.

El ex tesorero del PP Luis Bárcenas llega a los juzgados el pasado jueves.

PATXI ZUDAIRE

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Salió el vehículo hacia el lugar donde el tiempo camina lento; fue como ponerle el freno de mano a quien ha corrido tanto.

Ahora sí, Montesquieu estará contento. Ya necesitaba este país una prueba sólida de que se mantiene vigente la separación de poderes. LaFiscalía Anticorrupciónejerció como tal y enseñó al señorBárcenasel camino deSoto del Real, que no es un club de golf, como pudiera parecer, sino el hoyo donde se recluyen golferías. El juez terminó de expedir el paquete.

Seis meses después de aguantar sus alardes, peineta de Barajas incluida, elex tesorero (no diremos el partido para no hacer publicidad) ha entrado en el módulo sin posibilidad de eludirlo bajo fianza. Es verdad que ha sido un poco lenta la justicia a la hora de percibir laposibilidad de que se fugara, pero nunca es tarde si la celda es buena. Ese reducido espacio (dijeron, convencidos, en una tele) lo comparte con un preso común, ya ves tú qué vulgaridad.

Su reclusión abre un compás de espera, cierta expectativa justificada por ver si cumple laamenaza de tirar de la manta y organizar la de Dios es Cristo. Aquí, los barcenólogos aparecen divididos, como en los toros, y un sector especializado en estas tipologías (el país da de sobra para formar expertos) sostiene que su facundia terminará por hundir a otros personajes de lapolítica, en una faena de dos orejas y rabo, mientras otros tocan más con los pies en el suelo y consideran que guardará el silencio debido y se conformará con su vuelta al ruedo. O sea, callar y exigir a los fontaneros un cerrajero que discurra cómo abrir el pestillo de la trena. De momento, se queda en el chiquero.

¿Y los ciudadanos? Por una vez deben de estar contentos de ver cómo laélite de la mangancia puede acabar también entre rejas, igual que el ladrón de gallinas, aunque tiene para sí que algo muy gordo ha debido de ocurrir entre bastidores para que haya prevalecido un fundamento básico delestado de derecho, y que las interferencias y presiones no hayan pasado de ser anécdotas sin relevancia. Y, asimismo, por qué no decirlo, los ciudadanos permanecen a la espera de comprobar cómo se resuelve el asunto, no vaya a ser que al final todo se quede en una puesta en escena para el telediario de las tres.

Vamos a ver si este caso se convierte en unpunto de inflexión y comienza a desfilar hacia el maco esta bandada dedelincuentesque devasta el país, porque resulta insufrible alternar cada día el deterioro económico, la falta de perspectivas laborales, los desahucios y el crecimiento del paro con el desplante esgrimido por quienes se han forrado sin ningún escrúpulo, mediante el pillaje y el robo, y siguen paseando su chulería.

Seamos justos, pidamosjusticia.