La ratio

Monopolio

JOSEP-MARIA URETA

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Standard Oil fue una petrolera norteamericana que a caballo de los siglos XIX y XX, de la mano del capitalista John D. Rockefeller, llegó a ser una de las mayores empresas del planeta, gracias a su dominio de todo el proceso que abarca la extracción del crudo, su refino -el mayor margen en aquella época-, el transporte y la comercialización entre los usuarios finales. El poder de la compañía era tan determinante para todo el sistema productivo del entonces país emergente que era EEUU que sus legisladores le aplicaron la ley Sherman contra los monopolios. Toda la literatura económica que analiza los fallos del mercado incluye la referencia a este caso.

Para recordar con rapidez esta historia, lo más efectivo es consultarla en Google. Paradoja: el mayor monopolio de acceso al conocimiento se presenta como un mediador tan neutral que no le importa ser el más completo fondo de datos sobre la restricción de la competencia. A Standard Oil se le consiguió descubrir el truco: el pacto secreto con las compañías ferroviarias para tener tarifas más baratas para transportar sus productos. Si actualizamos, donde había trenes y vías, hoy son las telecos de todo el mundo respecto a Google. Que la UE haga como el senador John Sherman es de agradecer.