La arquitectura y el urbanismo

Modernidades urbanas

En Europa, embelesados por ciudades de EEUU, tenemos una excesiva proliferación de edificios aislados

La Sagrada Família, hace unos días.

La Sagrada Família, hace unos días. / periodico

JOSEP OLIVA CASAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A lo largo del tiempo se van produciendo cambios constantes tanto en el ámbito de la naturaleza como en el de las ideas en sus diferentes manifestaciones. En el primer caso, los humanos también contribuimos y, normalmente, en sentido negativo, por el poco respeto que manifestamos hacia el planeta, y es que estamos contribuyendo a perjudicar el ecosistema. De cualquier forma, esta evolución general siempre ha estado presente en la historia, pero cada vez coge un ritmo más rápido y parece que se acelerará cara a un futuro próximo a causa del desarrollo cada vez más intenso de las nuevas tecnologías. Hay otro aspecto, este referido a los humanos, y es la evolución natural y constante que experimenta el cuerpo humano, que Darwin sacó a la luz en el siglo XVIII.

Lo que debe tenerse muy presente es que novedades introducidas por los humanos las hay de dos tipos: unas, efectivamente, representan un paso adelante porque se trata de una modernidad sólida, pero otras resultan banales y no dejan de ser un paso atrás. Unas terceras son simplemente inocuas. Estas consideraciones se pueden aplicar a muchos campos, que van desde temas complejos e importantes a otros más banales.

Ciudad mediterránea compacta

Hecha esta introducción del marco general, paso a referirme al mundo del urbanismo. Si partimos de la ciudad mediterránea histórica, se ve que tenía unas características bien definidas al ser una ciudad compacta (en algunos casos, tal vez demasiado), con mezcla de usos, con equipamientos de tipo religioso o cultural que caracterizan a algunos lugares o a la ciudad entera y el gran protagonismo adjudicado al espacio público escenario de vida urbana. Su dimensión discreta hacía que no necesitase parques urbanos por su proximidad al territorio, y el transporte público era discreto. El salto de escala en magnitud hizo necesario introducir algunas actualizaciones, que se pueden resumir en una mejor relación entre la anchura de las calles y la altura de los edificios, en la creación de una buena red de parques urbanos y un completo sistema de transporte público. Es lo que hizo bastante bien Cerdà  en el Eixample. 

Referentes que no son valiosos

Más adelante nos hemos visto influídos por algunas modernidades que estropean la calidad urbana. Me refiero, por ejemplo, a una excesiva proliferación de edificios aislados, a veces por parte de arquitectos con poca sensibilidad urbana (se puede ser un buen arquitecto y un mal urbanista, o al revés). En este punto resalto muy positivamente el caso de Gaudí, que diseñó edificios aislados convertidos en iconos de la ciudad (la Sagrada Família) o se adaptó perfectamente a la estructura urbana (la Pedrera). Son dos maneras diferentes, pero ambas positivas, de contribuir a una buena estructura urbana. Alguna de las modernidades negativas son consecuencia del embelesamiento que parecen producir las imágenes de ciudades norteamericanas y que en Europa estamos copiando.

En definitiva, hay tener en cuenta ciertas modernidades que no son valiosas.