Al contrataque

La mirada

Unicef avisa de que se necesitan 2.700 millones de euros para llegar a 62 millones de niños que están en situación de riesgo en todo el mundo

ANA PASTOR

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Está colgado de un peso. Le sostiene una bolsa azul. No lleva ropa. Solo un diminuto pañal acompaña su cuerpo desnudo. Es un bebé de solo dos meses aunque aparentemente podría tener menos edad aún. Se llama Vasco y nació en la localidad de Kisandji, Congo. Casi no hay mañana en su mirada. Apenas se intuye el hoy, el dentro de un rato. La medición del tiempo es muy relativa cuando la muerte te acecha. Y Vasco solo tiene dos meses de vida.

Observo su gesto ante el fotógrafo. Su actitud muestra la poca energía que la desnutrición aguda le ha permitido mantener. Pero abre mucho los ojos, con una expresión que bien podría ser miedo, duda o sorpresa… quién sabe. Y la verdad es que su mirada es hipnótica. Como si no pudieras dejar de intentar leer algo más en esos ojos tan grandes de una cara tan pequeña. Más abajo se intuye un leve movimiento en sus famélicas piernas. Tiene uno de los brazos en alto enredado en la parte superior de la bolsa azul. Y su boca está entreabierta como queriendo decir algo, como gritando, como dibujando una petición que no quieres escuchar, como un sonido que casi se oye mientras miras la fotografía. Vasco está siendo pesado por un equipo de Unicef, la agencia de Naciones Unidas para la Infancia. Y por esa razón le vemos suspendido a varios centímetros del suelo de cemento. Es casi una metáfora de lo que la vida le ha hecho aprender en su corta existencia. Esta semana Unicef ha hecho el mayor llamamiento de emergencias de su historia. Sí. El mayor. Un gran titular. Y, sin embargo, apenas hemos visto referencias en la prensa sobre esta novedad tan tremenda. Sorprendente. O no.

62 millones de niños

Dice Unicef que se necesitan 2.700 millones de euros para llegar a 62 millones de niños que se encuentran en situación de riesgo en todo el mundo. 62 millones de niños como Vasco. 62 millones de niños suspendidos en medio de la nada. 62 millones de niños preguntándome con la mirada, diciéndome con la boca entreabierta que su sufrimiento es inimaginable para cualquier madre que tenga la fortuna de poder alimentar a sus hijos. Un sufrimiento que nunca voy a poder sentir. Dice Unicef en su comunicado: «En 2014, los niños fueron bombardeados en sus camas y en sus escuelas; secuestrados, torturados o reclutados para la guerra. Las catástrofes naturales pusieron en peligro a muchos millones más. Y en 2015 el ébola sigue amenazando a los niños en África Occidental. En Siria, la guerra entra en su quinto año y no hay un final a la vista. En República Centroafricana, al menos un niño es asesinado o mutilado al día». La crónica de la realidad. Enero de 2015. Las preguntas que se leen en la mirada de Vasco. Preguntas de las que no puedes huir. Un sufrimiento inimaginable y muy real.