Dos miradas

Mientras tanto...

Hay signos para presumir con fundamento que Rajoy se benefició de la financiación irregular de su partido

Mariano Rajoy durante su intervención en la sesión de control al Ejecutivo.

Mariano Rajoy durante su intervención en la sesión de control al Ejecutivo. / periodico

JOSEP MARIA FONALLERAS

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Mientras tanto, Rajoy cobró, «indiciariamente», de la caja b del PP. Es decir, hay signos que permiten presumir con fundamento que se benefició de la corrupción imperante en la trama de financiación irregular de su partido. Una trama que, según ha dicho el inspector Manuel Morocho, «parasitó» a la Administración, es decir, la convirtió en un ente que daba vida a la criminalidad, a costa del normal funcionamiento de la cosa pública. «Corrupción en estado puro», ha declarado Morocho, y también ha hablado de «organización delictiva», una deducción de las investigaciones de la Unidad de Delincuencia Económica en torno a la trama Gürtel que haría enrojecer a cualquier gobernante que estuviera implicado. Y que lo haría dimitir, aunque solo sean indicios.

Mientras tanto, Rajoy lee el editorial del The Times, donde se le compara con alguien como Putin y donde se habla de prisioneros políticos y de la necesidad de detener la represión para que las elecciones del 21-D tengan sentido. El diario inglés, que también carga contra la línea independentista, aboga por alguien que «cante las virtudes de la identidad española» en lugar de «golpear con el tambor del orden constitucional».

Mientras, Rajoy, obsesionado en no afrontar con política lo que es política, deja que los indicios se deslicen como si fueran gotas de lluvia en un paravientos. Hasta que llegue la tormenta y no tenga anorak que le proteja del chaparrón. Indiciariamente, eso sí.