El miedo

«Los niños de la recesión». Así titula Unicef su último informe sobre las dramáticas consecuencias de la recesión en los países desarrollados. El título pone en alerta. Nos habla de una generación, de una clase, de una categoría de pequeños engullidos por una burbuja de penuria y anhelos frustrados. Las cifras dan forma a esa membrana de escasez. En España, tres millones de niños con carencias materiales graves. El tercer país rico con más niños más pobres y en riesgo de exclusión. El desencanto se extiende a los jóvenes. Los que ni estudian ni trabajan ya son el 18,6%. Pero las cifras hacen más revelaciones. Los países que han dirigido su política a salvaguardar la infancia han disminuido la tasa de pobreza infantil. En España la brecha se ha hecho más profunda. Un abismo cavado por la falta de voluntad de nuestros gobernantes. Los ricos son más ricos y la mayoría es más pobre. Esa ha sido su decisión. Con nuestros votos.

Cáritas asegura que siete de cada diez españoles están en riesgo de empeorar sus equilibrios actuales, de acumular carencias hasta atravesar la membrana de la pobreza. Recorte a recorte, la precariedad se ha instalado entre nosotros al mismo tiempo que perdemos derechos. El temor a ver nuestro rostro reflejado en la membrana nos ha hecho más débiles. El miedo despierta la individualidad. Pero la solidaridad es colectiva… Siete de cada diez. ¿No sería hora de expulsar el miedo?