IDEAS

Miedo

ÓSCAR LÓPEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Estoy asustado. Lo confieso. Ni el verano, ni la perspectiva de unas saludables vacaciones me quitan el miedo. Miedo al presente, a lo que vendrá, miedo al miedo que transmiten los que viven de esto. No me consuelan los recientes datos de la Feria de Madrid con ese ligero aumento del 5% de ventas respecto del año anterior, ni la aparición de algún sugerente título en estos meses pasados, porque veo el pavor en los ojos de quienes editan, y de aquellos que tienen una fantástica historia en el cajón y no saben qué hacer con ella.

Si habrá miedo, que varias editoriales del grupo Planeta tienen instrucciones de reducir drásticamente el número de publicaciones de estos próximos meses y esta vez tengo la certeza de que nadie de la competencia ocupará con sus libros el vacío que dejen. Porque ya son varios años de erosión, de un prolongado descenso a los infiernos en las cuentas de resultados. Y me asusto al ver las programaciones de otoño, y comprobar que, a priori, no hay demasiados autores que puedan revitalizar la escena. Lo sé, habrá nuevos Ken Follet, Javier Marías o Murakami, pero se publicarán con miedo, con unas ediciones más ajustadas, que para eso la temida lista Nielsen nos recuerda que ahora un libro es un éxito vendiendo muchos menos ejemplares que hace dos telediarios.

¿O es que, por ejemplo, en lo que llevamos del 2014 alguien recuerda un fenómeno similar a lo Sombras de Grey o El abuelo que saltó por la ventana y se largó? De ahí mi miedo, porque no veo títulos similares que arrastren a los compradores a las librerías para que editores y libreros pierdan el suyo. Pero hay más. La literatura infantil y juvenil ya no puede ser utilizada como tabla de salvación, el goteo de despidos, las concentraciones a nivel editorial lo dominan todo, y temo el efecto que sobre las agencias literarias pequeñas pueda tener la unión Wylie-Balcells. Por todo ello pido disculpas. Debería haber aprovechado esta oportunidad para recomendarles algunas lecturas veraniegas y sin embargo les regalo una columna miedosa.

Creo que ya es hora de ser valiente. y buscar un diván donde psicoanalizar todos estos años de periodista cultural.