LA CLAVE

El método Rajoy

El objetivo de la presente legislatura no parece ser otro que conseguir que las aguas del bipartidismo vuelvan a su cauce

ALBERT SÁEZ

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Mariano Rajoy ha mostrado un interés inédito en la celebración de la Conferencia de Presidentes Autonómicos, un órgano extraconstitucional. Nada que ver con la desgana con la que la convocó en la anterior legislatura. La iniciativa se ha situado oficialmente en el marco de la 'operación diálogo' con Catalunya pero en realidad anida en la 'operación gran coalición' con Susana Díaz. El presidente del Gobierno sabe perfectamente que en este escenario, sin la presencia de Ciudadanos y Podemos y con la ausencia voluntaria de Euskadi y Catalunya, es donde recaban más apoyo sus alegatos a la "responsabilidad" del PSOE. Al cierre de la reunión y tras escuchar un encendido debate entre Madrid y Andalucía, Rajoy zanjó la discusión con un recordatorio al techo de gasto aprobado conjuntamente por socialistas y populares como límite máximo de la reivindicación en materia de financiación de unos y otros.

Se propone ahora Rajoy retrasar a la aprobación de los presupuestos del 2017 hasta el mes de junio. Primero, porque en los últimos cinco ejercicios se ha visto que no tener aprobado el gasto es la manera más eficiente de reducir el déficit puesto que ni siquiera hay que sacar la tijera de los viernes en el Consejo de Ministros. Segundo, porque estos meses van a ser decisivos para culiminar la operación envolvente de los rebeldes diputados del PSOE en el Congreso. En junio, las cosas del mandar en Ferraz ya estarán definitivamente en manos de Susana Díaz que recibirá el entusiasta apoyo de los presidentes autonómicos del PSOE para apoyar unos presupuestos que les alivie el déficit que acumularán por aquellas fechas. Y tercero, Podemos y Ciudadanos ya serán por aquellas fechas suficientemente insignificantes, piensa Rajoy, para no amedrentar a la tropa socialista.

El objetivo de la presente legislatura no parece ser otro que conseguir que las aguas del bipartidismo vuelvan a su cauce. Lo que no esperaban ni Rajoy ni Díaz es que Iglesias, Errejón y Rivera se lo pusieran tan fácil. La única piedra en el zapato es esa Catalunya de Puigdemont que puede llegar al otoño a lomos de la CUP y de los Comunes.