EDITORIAL

Merkel y Trump, un primer encuentro sincero

Merkel y Trump, durante su reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington, el 17 de marzo.

Merkel y Trump, durante su reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington, el 17 de marzo. / periodico

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El primer cara a cara entre Angela Merkel Donald Trump era muy esperado, al menos para los europeos, porque de él dependen las relaciones transatlánticas en un momento en que EEUU ha optado por el proteccionismo y el aislacionismo cuando las amenazas que acechan al mundo occidental son grandes.

Las diferencias políticas y personales entre ambos son casi abismales. Que la llegada de la cancillera a la Casa Blanca coincidiera con el anuncio del asalto presupuestario del presidente contra las políticas sociales y con el aviso de que la paciencia con Corea del Norte se había acabadoCorea del Norte , con el añadido de que todas las opciones estaban abiertas, no era un buen auspicio para este encuentro. Las imágenes de ambos líderes sentados frente a la chimenea o en la rueda de prensa hablaban de escasa o nula sintonía, pero ambos líderes están acostumbrados a hablar claro y dijeron cuanto tenían que decirse. Hablaron de la OTAN, de Rusia, de Ucrania, de inmigración, de comercio, cuestiones sobre las que mantienen puntos de vista distintos, y ambos lo hicieron con franqueza.

Quizá el mayor logro del encuentro está en que Merkel consiguió que Trump se comprometiera personalmente con el acuerdo de Minsk sobre el conflicto de Ucrania. El compromiso no es menor, ya que del pacto dependen las relaciones con Rusia. A falta de mayor proximidad en otros temas, este primer encuentro ha servido para fijar los límites de una relación, lo que en estos momentos inciertos no es poco.