Editorial

La Mercè se despide entre aplausos

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Con la apoteosis de fuego y música del Piromusicalla Mercè bajó anoche el telón entre aplausos. Concentrada en poco más de tres días, tras un pregón de gala y amenazada por la lluvia como manda la tradición, la fiesta ha vuelto a demostrar la inclinación de los barceloneses a participar de forma masiva en los grandes acontecimientos populares. Las estadísticas en este sentido son de nuevo abrumadoras: el intenso programa de actos ha movido a 1,8 millones de personas, siendo los ligados a la tradición y a la cultura popular los que han tenido mayor poder de convocatoria al congregar a cerca de 227.000 personas. Por el Parc de la Ciutadella, Montjuïc, el Parc de la Trinitat y el Palauet Albéniz, cuatro de los grandes escenarios festivos, han pasado 190.000 personas para seguir la oferta del Festival Mercè Arts al Carrer, a lo que hay que sumar la masiva asistencia a los conciertos musicales.

Pero el éxito de la fiesta no se mide solo con las cifras. Lejos de los viejos corsés que la constreñían al centro de la ciudad, la Mercè de este año ha extendido su radio de acción a barrios como Sant Andreu y Trinitat, en una iniciativa descentralizadora que deberá tener continuidad tras el positivo estreno. Y finalmente debe destacarse otra de las constantes de la gran cita festiva: el civismo y la convivencia que vecinos y forasteros han demostrado en actos muchas veces de carácter multitudinario que se han saldado con ejemplar paciencia y sin incidente de relevancia. Barcelona se ha divertido. No era otro el objetivo.