MIRADOR

Un mensaje al mundo

Manifestacion Volem acollir

Manifestacion Volem acollir / periodico

MARINA LLANSANA

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En una Europa donde, tristemente, los partidos de extrema derecha cotizan al alza, la manifestación que llenó el sábado las calles de Barcelona lanza un mensaje nuevo: de acogida, de paz, de aprecio a la diversidad; un mensaje profundamente europeísta si nos remontamos a los valores que impulsaron el nacimiento del proyecto europeo.

La Barcelona solidaria y pacifista que dio la vuelta al mundo por haberse movilizado masivamente por el 'No a la guerra' durante la Guerra de Irak en el 2003, ha vuelto a resurgir para denunciar el genocidio en el mar Mediterráneo. Es aquí donde han nacido entidades y movimientos como Stop Mare MortumProactiva Open Arms y Casa nostra, Casa vostra, y es aquí donde medio millón de personas han salido a la calle para decir "Queremos acoger". Como es, pues, que si hay esa voluntad ciudadana tan claramente manifestada no somos pioneros en la acogida de los refugiados? Sólo tiene una explicación: la falta de voluntad política del Gobierno español.

Antes de tomar decisiones políticas, todos los gobiernos evalúan el riesgo de desgaste electoral, y eso es lo que explica la tibieza de la mayoría de los gobiernos europeos ante el drama de los refugiados. Lo más terrible del discurso de los FarageLe Pen o Hofer es que, aunque no acaben gobernando en sus países, condicionan enormemente a quienes sí les gobiernan, hasta el punto de que los líderes europeos de centro hoy ya no se atreven a hacer políticas valientes de acogida para que el discurso de extrema derecha arraiga tanto que temen ser penalizados en las urnas y, de rebote, acabar cediendo el timón del país a los fascistas. En muchos países europeos, pues, los gobiernos acogerían personas que huyen de la guerra -por respeto a los derechos humanos o porque les obligan a las leyes-, pero no se atreven a hacerlo porque los frena la opinión pública. Es justo lo contrario de lo que ocurre en España, donde una parte muy importante de la sociedad pide acoger y en cambio el Gobierno no reacciona ante la expresión de esta voluntad ciudadana.

APENAS EL 6%

Según los informes de la Comisión Europea hasta ahora España ha acogido 1.034 personas, sólo un 6% de los 17.337 refugiados que había acordado con la UE. Pero Rajoy sabe que este incumplimiento de los acuerdos internacionales, esta insensibilidad, no le pasará factura en las urnas entre otras muchas cosas porque la ola solidaria es especialmente grande en Catalunya donde el PP ya es residual. El único gobierno que de momento ha mostrado voluntad de acogida es el de la Generalitat de Catalunya, pero no tiene competencias para conceder visados ni para otorgar la condición política de refugiado, sólo puede hacer políticas de acogida e integración una vez ya estén aquí. Pero no llegan, no los dejan llegar. Y esto hace que los catalanes tengamos limitada nuestra solidaridad.

El sábado la manifestación "Volem acollir" lanzó un mensaje humanitario al mundo pero también un mensaje político al Gobierno español, que levanta muros de burocracia para justificar su inoperancia ante un drama de gran magnitud. Ahora habrá que ver si el mensaje llega.