Menos internet, más cabernet

Una pintada en la calle que se multiplica en las redes hasta no sabemos donde: Menos internet, más cabernet. Resulta simpática y le damos al me gusta a este lado de la trinchera. Sí, menos internet por adictivo e invasor. Sí, más cabernet (sauvignon) para brindar lejos del aparato.

El autor del eslogan, sin embargo, no ha reparado en que son muchos, muchísimos, los usuarios que riegan los derivados de la internet con cabernet. Y no solo con esta variedad de uva. Hay quien prefiere las autóctonas -tempranillo de la Ribera del Duero, cual exportavoz del Gobierno- y quien opta por las globales, en realidad francesas, al estilo de cierto polemista venido a menos.

Decían que el Twitter lo carga el diablo y cuenta con la ayuda de Baco, el Dios del vino. ¿Adoran a algún Dios los politoxicómanos de las redes? Conozco a exconsumidores que lo dejaron al quedar noqueados ante el nivel de insultos. "Este año llevo bloqueados unos mil tíos", se me quejó recién un colega de la prensa.

Un eco magnificado

El mejor tuit es aquel que no llegas a soltar, oigo muchas veces desde el arrepentimiento. Que se lo digan al concejal Zapata, al que llevaron ante el juez. O al cantante de Def con Dos, de momento absuelto. A ambos siguen persiguiéndoles. Prefiero el método Rufián, que encaja para responder con didáctica ironía.

La definición de Twitter que dio Santiago Segurola al darse de baja del enredo -"Twitter es como la barra de un bar lleno de borrachos"- se ha quedado corta. El caso más reciente: el que será pregonero de La Mercè. Javier Pérez de Andújar, ha sido escupido en las redes por ciertos soberanistas, quizá por decenas de ellos. También es cierto que otros indepes lo han defendido. El eco de las redes está magnificado. Tanto que algunos, tal vez saturados de pelis americanas, han creído ver el espíritu de McCarthy afilando el mástil de la estelada contra el cronista. Este ha anunciado que su pregón será "subversivo e incendiario". ¿Caza de brujas? Bufff... Dejémoslo en bronca tuitera que no lleva a ningún sitio.

Menos internet, más cabernet. Brindemos. Por la libertad de expresión. Y por la de pensamiento.