Medio siglo después y...

La guerra de los Seis Días cambió el mapa de Oriente Próximo y la dinámica de un conflicto que aún persiste

La muerte de Ariel Sharon

La muerte de Ariel Sharon / periodico

PERE VILANOVA

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Y aquí empiezan las preguntas. Medio siglo y el conflicto entre Israel y los palestinos sigue abierto, esto es una evidencia. Pero, ¿cómo ha evolucionado? ¿Ha ido a mejor, a peor, se ha estancado? Se pueden contar las guerras entre ejércitos convencionales, entre Israel y los estados árabes vecinos. En 1947, con el Plan de Partición de Naciones Unidas que proponía la división de la Palestina histórica en dos estados, uno judío y otro árabe, el conflicto entró en la etapa de las guerras entre estados, no solo entre comunidades étnicas.

 Aunque las raíces de legitimación de las partes vienen de mucho antes, de invocaciones simbólicas de relecturas interesadas de la historia, la primera guerra (1948) duró mas de un año y redibujó las fronteras del Plan de Partición. Israel, ya nuevo Estado, había conquistado terreno y son esas las fronteras las que, paradójicamente, le reconoce ahora la comunidad internacional. ¿Las reconoce Israel? No del todo. Tres de ellas sí, pero la de Cisjordania no, la que Israel define como «territorios en disputa» y la ONU «territorios palestinos ocupados».

ASIMETRÍA DE PODER

Guerras hubo varias más, en  1956, en 1973, en 1982, en el 2006, estas dos ultimas con Líbano. En esta serie, la de los Seis Días, de junio de 1967, merece un capítulo aparte, y no solo porque estos días se cumplen 50 años de su estallido. Cambió el mapa del Oriente Próximo, modificó la dinámica interna del mundo árabe y confirmó el inicio de una asimetría de poder  en el conflicto de Israel con los palestinos que hasta hoy no ha dejado de crecer. En 1967 la balanza militar era muy incierta. El problema es que desde entonces, los sucesivos gobiernos de Israel pusieron en marcha una estrategia de control territorial y poblacional progresivo de los territorios palestinos que no se ha detenido hasta hoy.

En la guerra de los Seis Días, en plena guerra fría, el mundo bipolar se vio arrastrado al conflicto israelí-palestino, no al revés. Hoy en día, medio siglo después, y un cuarto de siglo desde el fin de la guerra fría, el conflicto sigue, aunque bajo otros parámetros. Nunca un gobierno de Israel había tenido tanta influencia sobre la Casa Blanca (y no al revés). Rusia está implicada en Siria, pero no tiene ninguna posición anti-israelí. Militares israelís en la reserva admiten abiertamente que, en comparacion con 1948, 1967 o 1973, Israel no tiene ninguna «amenaza existencial creíble», aunque algunos políticos, como el primer ministro Netanyahu, insista en el tema de Irán.

La guerra de los Seis Dias, sin embargo, encierra una paradoja. Israel la ganó militarmente, ocupó muchos territorios, desde los Altos del Golán hasta el Sinaí (que devolvió a Egipto en 1979), durante un cuarto de siglo (hasta 1988) no tomó ninguna iniciativa política, estalló la primera intifada, vimos pasar el plan de Paz de Oslo, estalló la segunda intifada, luego el Muro, y hasta hoy. De vuelta de la Puerta de Damasco, nunca me pareció el panorama tan desolador como en este Ramadán.