La clave

El matrimonio de Garzón con Iglesias

JUANCHO DUMALL

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Podemos e Izquierda Unida están condenados a entenderse. Los beneficios de una alianza electoral cara al 26 de junio son tantos para las dos formaciones, que es difícil que la negociación encalle por el reparto de unos pocos escaños o por el puesto de Alberto Garzón en la lista. El partido de Pablo Iglesias, al que la encuesta del CIS del viernes daba una caída de tres puntos (del 20,7% al 17,7%) en relación con los resultados del 20-D, necesita los votos de IU (923.000 en diciembre) para no retroceder e incluso intentar denuevo el 'sorpasso' sobre los socialistas. En el lado de IU, las cosas también están claras. Entraron por poco en el Congreso tras las elecciones de diciembre y sus pobres dos escaños les acercaban sin remedio a la irrelevancia. Pese al peso de algunas voces discrepantes en el seno de IU, Garzón no tiene otro remedio que acercarse a Podemos y presentarse en una candidatura única situada a la izquierda del PSOE.

Pero que el pacto tenga beneficios para ambos no garantiza su éxito a largo plazo. IU y Podemos pueden compartir muchos objetivos, coincidir en enfoques de cómo salir de la crisis, presentar idéntica animadversión a las recetas neoliberales, estar de acuerdo en cómo abordar el problema de los refugiados, etcétera, pero en el fondo son dos culturas políticas diferentes.

HEREDEROS DEL PCE

Los de Garzón son los herederos del PCE, gran protagonista de la lucha antifranquista y de la Transición; llevan mucho camino recorrido y han sobrevivido en la política española con un escaso poder en las instituciones. Podemos, en cambio, toma su base ideológica del movimiento popular de mayo de hace cinco años. Aunque ha ido abandonando su estructura asamblearia para equipararse cada vez más a un partido tradicional, incluso con más culto al jefe que en otras formaciones, Podemos cultiva el aroma de la nueva política y de cierta transversalidad (los de abajo contra los de arriba, en lugar de la izquierda contra la derecha), mientras que IU es una organización de la vieja política. Con sus fortalezas y con sus vicios heredados. Será interesante ver si ambas culturas mezclan bien o son como el agua y el aceite.