Al contrataque

Maternal

Ningún partido que aspira a gobernar apuesta por que en los colegios se impartan las cuatro lenguas oficiales, lo que generaría mayor complicidad

MANEL FUENTES

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En las lenguas maternas anidan los sentimientos. Con ellas conocemos el mundo. Un cordón umbilical tejido desde la cuna con nanas y palabras susurradas al oído. Con la lengua de nuestras madres hemos aprendido a amar y a ser amados. Y solo por eso, la lengua del otro debería ser atendida como un templo sagrado, ya que en ella está su corazón. No hay lenguas superiores a otras, como tampoco pasa con los corazones. El valor de este tesoro íntimo e individual de cada uno es cualitativo y no cuantitativo. El respeto y la curiosidad van bien para casi todo, pero ante un material tan sensible son imprescindibles. Desgraciadamente hoy en día hay quien sigue viviendo la diferencia como una amenaza, reduciendo el mundo a sí mismo, lo que no facilita ni la vivencia ni la convivencia. El Gobierno, a parte del castellano, nunca ha abrazado igual a las demás lenguas del Estado en un error estratégico si su intención verdadera fue algún día la de cohesionar el territorio.

La manera reduccionista de hacer política de algunos ha hecho que para sacar un puñado de votos aquí o allí se utilice casi todo como arma arrojadiza, sembrando el recelo entre vecinos. El terrorismo, la poca productividad de algunas regiones, el sistema educativo o la lengua han sido munición electoral según el territorio, sin recabar en el poso de frustración, humillación o abandono que iban dejando. Tal es el desgaste infringido, tan impopular resulta ahora el esfuerzo de acercamiento, que hoy ningún partido que aspira a gobernar apuesta por que en los colegios se impartan las cuatro lenguas oficiales, lo que generaría mayor complicidad interregional.

Sin corazón

Cuando se construye desde el recelo y el puro interés económico y electoral, la resultante difícilmente tiene corazón. Y sin corazón, los artificios duran menos porque el desgaste convivencial viene sin lubricante. Muchos de nosotros echamos en falta una defensa rotunda del resto del Estado cuando un partido político quiso hacer de la lengua arma arrojadiza en Catalunya, de modo que hoy puedo entender que muchos vascos esperen un mayor apoyo público para Gaizka Garitano, el entrenador del Eibar criticado por terminar la rueda de prensa en Almería al palpar el enfado de algunos por el simple hecho de contestar en euskera preguntas que en esa lengua se le formulaban, igual que contesta en castellano las que así se le hacen. El jefe de prensa del Almería estuvo impecable pero si alguien cree que hablar en tu lengua materna cuando así te preguntan es ofensa o amenaza, es que no hemos entendido quiénes somos ni cuál es nuestra riqueza. Y no aceptando ni cuidando la diferencia le estamos mostrando la puerta de salida. A estas alturas la de la sumisión ya no es de recibo. Besarkadabat, Gaizka. Gubezalakotipoak, korrikaegitekojaiogara.