ANÁLISIS

'Match point'

Además de la lesiones, o quizá incrementado por ellas, el Barça tiene desajustes

ANTONIO BIGATÁ

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La moneda está en el aire y este sábado, en Sevilla, el Barça probablemente dará muchas pistas acerca de qué lado va a caer en esta temporada. Quizá sea un Match Point tan importante como el de la deliciosa película de Woody Allen, pese a que la temporada no haya hecho nada más que comenzar y pese a que todavía quedará margen para intentar rectificar luego si las cosas ahora vienen mal dadas.

Dos elementos soplan a favor de que la moneda caiga de cara, aunque eso suceda después de detenerse durante una fracción de segundo sobre la red de esta pista de tenis imaginaria. Por un lado está el inmenso coraje que mostró el equipo durante la segunda parte del partido contra el Bayern Leverkusen. Por otro, no lo olvidemos, figura la gran capacidad de generar fútbol de alta calidad que llevan en lo más profundo de su ADN los actuales jugadores barcelonistas, y eso es algo que no se pierde sea cual sea la racha de lesiones.

LA FRAGILIDAD DEL ENTORNO

Pero también existe la eterna y extrema fragilidad psicológica del entorno, que el martes pasado se tradujo en silbidos y siseos -bien denunciados por Luis Enrique— cuando el equipo necesitaba más cariño y apoyo porque se estaba partiendo los cuernos intentando remontar la adversidad. Ese factor negativo también genético en este club juega en contra. Esas impaciencias empujan la moneda que está en el aire hacia la posibilidad de caer en cruz. Porque, no lo olvidemos, los futbolistas del Barça levantaron el partido y lo ganaron cuando muy previsiblemente una mayoría de sus seguidores ya se habían rendido y estaban dispuestos a firmar un empate.

Frente a esta tendencia caganera de una parte de su afición, hoy hemos de valorar que en esta ocasión el Barça afortunadamente juega fuera de casa. ¡Qué paradoja que ante tantas impaciencias injustificadas podamos considerar positivo disputar este partido bajo la presión de la afición sevillista por considerarla quizá más llevadera que la que se genera en algunos momentos en el Camp Nou propio!

GOLPES POR LA ESPALDA

En Sevilla los profesionales del Barça no estarán sometidos a golpes por la espalda: únicamente deberán encarar los que les lleguen de cara. Tanto los seguidores como los analistas que han exhibido excesivas prisas para mostrar abiertamente su predisposición a retirarle el crédito a las primeras de cambio al actual Barça deberían reflexionar.

No niego que además de las lesiones, o quizás incrementado por las lesiones, el Barça tiene desajustes y necesita trabajo correctivo. La semana pasada ya comentábamos cosas como que Ter Stegen parece más tenso que el año pasado, que Alves y Piqué no cierran con el hermetismo que lograban cuando estaban en mejor forma, etc. Encima, el juego de conjunto se resiente de golpes psicológicos y bajas tan sensibles como las de Messi e Iniesta. Pero el jugador número 12, la grada adicta, debe ser eso: adicta durante el mal trago. Y luego, claro está, en su momento, ya exigirá que no se planifiquen pretemporadas tan absurdas como la de este verano.

Organizar bien o mal el calendario de preparación puede ser muy perjudicial. Y no me refiero solo a la posible vinculación de ese rodaje inadecuado con los problemas musculares. Aludo al error de forzar a un equipo para que esté en plenitud antes de hora. Eso es lo que, precisamente por sus citas contra el Barça, hicieron en agosto el Sevilla y el Athletic. No dosificaron bien las fuerzas y luego los dos cuadros han tenido flojos arranques en la competición liguera. Esas cuestiones que dependen de las directivas y los técnicos han de estudiarse bien. Pero la otra, la de no precipitarse en las quejas, depende de los seguidores y los analistas, también es fundamental.