Más recursos públicos contra la hepatitis C

La noticia que apareció como una señal de esperanza para los casos más graves de hepatitis C se ha difuminado poco a poco. El 1 de octubre, Sanidad aprobó el esperado, y costoso, antiviral que podía permitir a unos 8.000 infectados eliminar una enfermedad para la que ya no tenían remedio. Dos meses y medio después, el diagnóstico es mucho menos optimista. Ya entonces la plataforma de afectados estimó muy insuficientes los 125 millones anuales para la adquisición del fármaco sofosbuvir, que el laboratorio Gilead tasó en 60.000 euros por tratamiento y que Sanidad rebajó a 25.000.

Desde el día 18, un grupo de 30 infectados se ha encerrado en el Hospital 12 de Octubre de Madrid para revertir una inquietante situación, ya que solo se suministra a un 15% de las personas que necesitan el fármaco, pese a las promesas que hizo la misma Ana Mato, entonces ministra de Sanidad. Esta lógica desesperación debería hacer reflexionar a las autoridades sanitarias, igual que el apoyo del colectivo de hepatólogos, que pide un plan nacional que financie el tratamiento y que ahorraría muchos trasplantes de hígado. Se trata de actuar como se hizo con el plan sobre el sida de 1987. Los antirretrovirales también eran muy caros al principio, pero el sida provocaba una alarma social que no desencadena la hepatitis C, aunque existen motivos para ello. En Catalunya hay diagnosticados 50.000 casos -de diversa gravedad-, la cuarta parte de quienes se estima que sufren esta enfermedades silenciosa.