«Más que club, ¡puticlub!»

Ha plasmado Crackòvia (TV-3) la desazón, el enfado, el cabreo del socio blaugrana ante la temporada que concluye. «Jugadores despedidos antes de que acabe la Liga, el entrenador que se marcha sin aceptar preguntas, una estrella que renueva por 20 millones y que no ha hecho nada en absoluto... ¡Deseo cagarme en todo!», grita el sufrido barcelonista ante el triste panorama logrado. Y entonces sale el presidente del club disfrazado de Sra. Rius, da unas palmadas, grita lo de «Niñas ¡al salón!» y le muestra al adolorido socio el plantel de jugadores disfrazados de fulanas para que elija a la que quiera y la insulte a gusto. Y el afligido barcelonista se marcha desolado gritando: «¡Esto, más que un club, parece un puticlub!». ¡Ah! Por una vez el infantil Crackòvia abandona los dientes de leche y muerde con colmillos. ¡Aleluya! Pero creo que se han equivocado de objetivo. Cuando el presidente/Sra. Rius llama a las niñas al salón, los que deberían haber aparecido son el actual elenco de la junta directiva. Incluido aquel presidente dimisionario que por motivos tan extraños desapareció.

ÚLTIMOS MOSQUITOS .- Tele 5 está repatriando a los mosquitos de cayo Cochinos (Supervivientes). A Amador Mohedano ya le han dado el billete de regreso. Han sido cinco semanas, a 30.000 euros por semana -según han publicado diversos medios-, resulta que se lleva 150.000. ¡Ahh! Nunca las picadas de insectos tan terribles habían sido tan bien pensionadas y dulces. Falta ahora por repatriar a Chiqui, criatura a la que han sometido al tormento de tener que recibir a su marido y enterarse de que, mientras ella está en Honduras, él iba por Madrid enseñando el cacahuete a todo quisque. Después del sufrimiento que le han propinado, yo creo que Chiqui se merece ganar esta oenegé de los mosquitos.

LOS BUENOS Y LOS MALOS .- Ha regresado Ramon Colom a TVE, cadena que dirigió in illo tempore. Ahora vuelve con su Millennium a la humildad de La 2. Preguntó esta semana a varios sabios pensadores si para la Historia, la Historia en mayúsculas, un elemento como Hitler es considerado malo, y Jesucristo, bueno. Hubo disparidad de criterios. Para la gran Historia, las consideraciones morales son poliédricas. A mí siempre me ha inquietado una idea: si el canalla de Hitler, además de genocida, hubiera sido un buen pintor, ¿habría cuadros suyos colgados y admirados en algún museo?