Al contrataque

Más que un ciclo

MANEL FUENTES

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Sí, estamos en crisis. Pero antes del Atlético existió una eliminatoria de Champions League contra el Bayern. Fue el año pasado y nos barrieron. El Barça lleva años perdiendo detalles e intensidad, pero los triunfos en las competiciones locales y la magia de Messi han aplazado los mecanismos correctores. Es difícil rectificar cuando aún se saborean las mieles del triunfo, pero lo que resulta demoledor es no hacerlo cuando toca, porque cuando llega la derrota es más cruel y es más dificultoso encarar de nuevo el camino del éxito. Es triste comprobar que teniendo un estilo de juego y tres de los mejores jugadores del mundo estamos al final de un ciclo porque no hemos sabido (o querido) actualizar el grupo. Hay que volver a tomar las riendas y que la única jerarquía sea la del trabajo, la solidaridad y la exigencia.

La historia del mejor Barça de la historia es cosa de muchos. Con luces, sombras y casualidades. Joan Laporta ganó las elecciones prometiendo a Beckham, y si Rosell no le hubiera traído a Ronaldinho todos le habríamos corrido a gorrazos. Messi crecía junto a Motta, Deco y el Gaúcho. Y luego hubo un exceso de fiesta con poco control de Frank Rijkaard hasta que Guardiola (entonces en el B y en la órbita blaugrana gracias al candidato Bassat) vio el potencial y convenció a Laporta para ocupar la plaza. Bravo por los dos. Ruina económica en los fichajes pese a los éxitos deportivos, dirigidos los dos por el feeling de Guardiola. Rosell aguardaba y movía los hilos para suceder a su querido enemigo Laporta. Y más éxitos. Bravo para todos, hasta que instalados en la euforia nadie renovó un grupo que hoy se apaga. Rosell ya no está.

Preguntas incómodas

La imagen del Barça, entre la sanción de la FIFA y los affaires de Neymar y Messi, no parece la mejor, y el Tata no parece la persona para reconducir al grupo, pero ahora que todos cargan contra él, ¿no es cierto que Guardiola ya sabía que había que tocar a algunas vacas sagradas y en vez de hacerlo se fue? ¿Todo lo hizo por el Barça, como nos decía? Si sabía que desde Thiago se podía edificar un nuevo equipo, ¿por qué no lo hizo aquí? ¿Y Zubizarreta para quién trabajaba esos días en que, tras un aparente descuido, Thiago se fue baratito al Bayern, con el hermano de Guardiola como representante? ¿Por qué Tito tampoco acometió la renovación al tomar el mando? ¿Por qué la junta de Rosell empezó por renovar a los más veteranos por unas cifras superiores para un periodo en el que todos sabían que el rendimiento sería inferior? ¿Cuál es el proyecto del club más allá de renovar el Camp Nou? ¿Quién dirige el esquema deportivo del año próximo? ¿Por qué no hemos sido capaces de fichar un central ni un portero los últimos años? Preguntas incómodas que debemos resolver adecuadamente si no queremos perder más atributos de un club que a través de su primer equipo era único en el mundo.