Dos miradas

Y más mentiras

¿Cuántos programas especiales, cuántas tertulias en medios públicos catalanes tratarán los pecados de la hegemonía convergente y sus conexiones con el 'procés'?

Carles Puigdemont y Artur Mas, en una reunión de la ejecutiva de CDC.

Carles Puigdemont y Artur Mas, en una reunión de la ejecutiva de CDC. / JOAN CORTADELLAS

EMMA RIVEROLA

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CDC ha mentido y no ha dejado de mentir. Mintió cuando aseguró que no tenía nada que ver con el 3%. Mintió cuando creó el burdo truco del PDECat y ha seguido mintiendo cuando dice estar desvinculada de JxCat, la plataforma de Puigdemont. Su documento fundacional confirma que es una coalición electoral entre el PDECat y CDC.

¿Dónde están ahora esas voces siempre tan indignadas, esos expertos analistas y periodistas transmutados en 'trolls', que tanto claman por la democracia y la dignidad y que tan de puntillas pasan sobre el expolio que CDC ha perpetrado durante décadas contra los ciudadanos catalanes? ¿Dónde están esos que solo expanden su bilis por la corrupción del PP y tratan la propia como algo ajeno, ya caduco? ¿Cuántos programas especiales, cuántas tertulias en medios públicos catalanes tratarán los pecados de la hegemonía convergente y sus conexiones con 'el procés'? ¿Cuántos escupirán sobre España diciendo que no tiene remedio, que es una cueva de ladrones y tratarán a sus ciudadanos de ignorantes por seguir votando al PP?

Lo peor no es la mentira, es la desvergüenza de exhibir pureza y tachar de traidores a los que se niegan a cubrir tus podredumbres. Son muchos los que anhelan una república catalana para trabajar por una sociedad más justa e igualitaria. ¿No sería más lógico tejer alianzas con quienes comparten esa causa y no con los deshonestos que roban a los ciudadanos embozados en la bandera?