Más medidas para generar confianza

El Gobierno anunció ayer un segundo paquete de medidas drásticas para ordenar las finanzas públicas. En mayo, cuando los efectos de la crisis griega llegaron a España, presentó un recorte del gasto de 15.000 millones entre el 2010 y el 2011 para llevar el déficit hasta el 6% el año próximo. El Consejo de Ministros de mañana aprobará un conjunto de rebajas fiscales, ajustes de gasto social y privatizaciones -y quizá otras medidas- con el que lanza un mensaje de firmeza tanto a los mercados como a los burócratas de Bruselas. Hay que recordar que la Comisión Europea, sin tener en cuenta la reducción del déficit este año -por encima de las previsiones del propio Gobierno-,

puso en cuestión el lunes el objetivo marcado para el 2011, aumentando así el castigo de la deuda española.

Las medidas anunciadas ayer no van a provocar una reducción del déficit de forma inmediata, pero sí a medio plazo. Los recursos obtenidos con las privatizaciones se descuentan de la deuda, lo que repercute después en el déficit porque se pagan menos intereses anuales. Los ingresos de las concesiones sí se restan directamente del déficit, aunque también las rebajas fiscales representan menos ingresos. Las nuevas disposiciones están en la línea de adelgazar el Estado, liberalizar la economía y reducir costes.

Y aunque el Gobierno logró sorprender en positivo a los mercados, sería una ingenuidad interpretar que su respuesta obedecía solo al anuncio español: hay euforia ante la expectativa de que el BCE lance tras su reunión de hoy un mensaje positivo para combatir el pesimismo y la especulación, algo en la línea de lo que ya hace la Reserva Federal de EEUU. Todo el mundo está en esa onda, en la de aplicar las medidas más efectivas y además presentarlas de manera que generen confianza y seguridad, unos valores más importantes que nunca. Por eso resulta tan extraña la actitud del Partido Popular, que, yendo mucho más allá del papel que le corresponde como oposición al Gobierno, no cesa de colaborar con la incertidumbre. Hasta el comisario de la Competencia de la UE tuvo que llamarle la atención ayer por el uso torticero que el PP había hecho de unas frases del propio Joaquín Alumnia sobre España y su crédito ante los inversores.