tú y yo somos tres

Mario Conde, 'banqueroflauta'

FERRAN MONEGAL

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Le ha proporcionado Mario Conde a Risto Mejide un aumento de audiencia considerable (Al rincón de pensar, Antena 3 TV). «Hemos quedado para que me cuente cómo funcionan las cloacas del Estado» lanzó Risto, a modo de anzuelo inicial. Funcionó el reclamo. En estos momentos que aflora a borbotones un variadísimo repertorio de corruptos, la aportación de Mario Conde incitaba el morbo de lo putrefacto.

Contó con pelos y señales que Miquel Roca le visitaba en su despacho de Banesto pidiéndole la contribución económica correspondiente para CiU, y que Banesto pagaba. Contó que los banqueros concedían préstamos a partidos y que si no se devolvían no pasaba nada.

Contó que los partidos se financian con maletines de dinero -«es la forma mas rudimentaria de todas»- y que el rey Juan Carlos fue quien le advirtió de que iban a por él: «Me llamó a las ocho de la mañana». Y cuando Risto le preguntó si se sintió traicionado por Su Majestad, añadió: «Es que Juan Carlos no nació rey. Ni era hijo de rey. Le nombró rey la clase política y, claro, pensó que de la misma forma que le pusieron, le podían quitar».

Hombre, bien mirado, este ventilador que puso en marcha Mario Conde en esta sesión con Risto ya lo había enchufado años atrás, cuando visitaba a Jordi González los sábados por la noche en Tele 5. La gran novedad televisiva de ahora es que, de pronto, se puso a hablar de Podemos y del 15-M con una pasión extraordinaria.

¡Ahh! Decía que él ya lo advirtió en 1993 -«en un discurso que realicé con la aprobación del Rey»-, en donde conminó a la clase política a cambiar, porque habían entrado en una crisis mortal. «Ese discurso mío les dio miedo. Me eliminaron. Creyeron que hacía peligrar el sistema. Y eso es el discurso que está hoy en la calle, y que yo advertí hace 20 años».

Había mucha delectación en sus palabras. Las saboreaba. Habló del 15-M con entusiasmo. Parecía identificarse. Cargó contra el Banco de España, contra los desahucios. «Yo era un banquero que no venía del caminito habitual. Yo venía de la calle y no era influenciable. A mí no podían llamarme y recordarme que debía favores». ¡Ahh! De pronto tuvimos en casa la impresión de que este Mario Conde, tan multimillonario, tras mucho meditar, se había transformado en un banqueroflauta. ¡Fantástico!

Con razón Risto Mejide le entrevistó sentado en un banco, en un humilde banco de madera, de esos que hay en la calle. Sarcástica metáfora.