La rueda

Mariano nunca estuvo allí

La corrupción vino con Aznar y se fue con Rajoy. Si no gusta esta verdad, en el PP no tienen otra

ANTÓN LOSADA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Están ustedes equivocados. Les engaña la memoria. El presidente Rajoy no estaba cuando el dinero negro corría alegremente por los pasillos de la sede popular en Génova, cuando Luis Bárcenas hacía patria en los bancos suizos, cuando Hacienda le devolvía dinero de su declaración a Francisco Correa o cuando las tarjetas blackse repartían en Caja Madrid como droga a la puerta de un colegio.

Entonces todo lo mandaba Aznar y después mandaban todos menos él. Álvarez Cascos, Rodrigo Rato, Ángel Acebes..., «esas personas por las que usted me pregunta», eran quien cortaban la pana. A Mariano lo que realmente le importaba en aquellos años era seguir el Tour de Francia. De la trama Gürtel ni idea, pero lo sabe todo sobre las etapas de los Pirineos.

La corrupción vino con Aznar y se fue con Rajoy. Si no les gusta esta verdad, en el PP no tienen otra. Cuando nuestro héroe accedió al liderazgo se lo encontró todo hecho, como Rato se topó con las tarjetas subterráneas. Nadie le informó, nadie le dijo una palabra y él tampoco preguntó porque era de mala educación. Cuando se enteró de la desvergüenza que se había extendido bajo el aznarismo, fue el primer sorprendido.

Lástima que las fechas y los hechos estropeen esta versión de la historia. Con lo cómodo que resulta ahora hablar de economía, tanta corrupción debe resultar una lata. Pero la realidad es tozuda. Cuando el dinero negro parece que pagaba campañas en Castilla-La Mancha, Rajoy ya era candidato. Cuando Acebes presuntamente compraba medios de comunicación con fondos de la caja b, Rajoy era el presidente del Partido Popular. Fue Rajoy quien situó a Rato al frente de Bankia con todas las bendiciones. Una mentira repetida mil veces suele acabar convertida en verdad. Pero no siempre funciona. La mentira tiene que ser muy buena.