Pequeño observatorio

Un mapa político apasionante

Sin una guía que nos oriente, podemos ir de un lado a otro y terminar perdidos

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Cuando aún era un niño ya me apasionaban los mapas. Ya he explicado en algún libro que en una hoja grande de papel dibujaba una isla inventada, con sus montañas y sus ríos, marcaba dónde había una ciudad y unas rayas ondulantes representaban las carreteras que unían los pueblos.

Así como la historia nunca me ha atraído mucho, la geografía ha sido, y es, mi pequeña pasión. He sido incapaz de visitar un país o una ciudad sin disponer, desde el primer momento, de un mapa o plano. Y no tanto para orientarme como para intentar 'entender' cómo era aquel territorio. 'Mapa' es una palabra sencilla, sonora, con sus dos as, y me sorprende que tratándose de un objeto tan popular tenga en francés, según el diccionario, una traducción tan seria, 'carte géografique'. Nosotros hemos ido más allá de la estricta definición y usamos esta palabra, mapa, también con otras intenciones. Si en alguna discusión hacemos una propuesta inesperada, es posible que nos digan: «Esto no está en el mapa». Es decir, ahora no toca, no figura.

Efectivamente, si no tenemos un mapa que nos oriente podemos ir de un lado a otro y terminar perdidos. Podemos decir, pues, que el mapa de unas próximas elecciones no está muy claro. Que se debe dibujar un mapa muy preciso de las propuestas. Incluso existe el verbo 'mapear', que además de significar hacer el mapa de un territorio significa que hay que poner orden.

Es curioso que, según el lingüista Coromines, 'mapa' tuviera antiguamente el significado de toalla. Y que luego fuera la representación de una superficie terrestre sobre un lienzo. Y se comprende, porque en aquellos tiempos ni el papel ni la impresión existían.

Yo recuerdo que, cuando era joven, era muy popular esta expresión: «Le ha dejado la cara como un mapa». Es decir, llena de bultos, de irregularidades, la nariz aplastada como un valle y las mejillas como un río de sangre.

Espero que el mapa político no sea volcánico.