Al contrataque

Malversación

MANEL FUENTES

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De todos los delitos en los que la fiscalía ve posible que haya incurrido Artur Mas en la celebración del 9-N, el que más me interesa es el de malversación de dinero público. Lo de la desobediencia grave, la prevaricación y la usurpación de funciones sin duda hay que investigarlo, pero ¿se imaginan lo revolucionario que sería condenar a un responsable público por no haber gastado adecuadamente nuestro dinero? Aquí las cantidades son relativamente pequeñas, pero si la cosa prospera, se abre un mundo.

¿Qué tendría que pasar entonces con los que construyeron aeropuertos sin planes de viabilidad económica previa como el de Alguaire o el de Castellón? ¿Con los que decidieron crear Bankia y pagar unos sueldos indecentes a los gestores de las cajas intervenidas? ¿Con los que tenían tarjetas 'black'? ¿Con los que no controlaron el dinero público que entraba en el Palau que Millet desviaba hacia otros lugares? ¿Con los que otorgaban obra pública no a la empresa más económica y eficiente sino a la más amiga? ¿Con los que echando mano del mal llamado en España 'peaje a la sombra' han logrado triplicar o cuadruplicar el coste de estaciones de metro, centros hospitalarios o tramos de autovía que pagamos todos? ¿Con los que promovieron ese desastre llamado Castor que ha acabado con una indemnización descomunal para ACS? ¿Con los que ponían piscinas olímpicas en sus pueblos? ¿Con los que firmaron con los constructores de las radiales de Madrid esos contratos por los cuales ellos ganaban pero que en caso de pérdida, pagábamos nosotros? ¿Con los que se lo gastaron en confeti o en conceptos de difícil justificación? ¿Con los que gestionaban de una manera muy particular el dinero de los cursos de formación para parados? ¿Con los que en Andalucía supervisaban ERES falsos? En definitiva, ¿con todos los que no custodiaron bien nuestro dinero?

Recuperar el dinero público

Como no tengo ninguna duda de que la fiscalía actúa buscando el bien ciudadano y no siguiendo consignas arbitrarias o políticas, valga la redundancia, seguro que a partir de ahora va a ir a por todos ellos para que por fin rindan cuentas con nosotros. Porque, de poder recuperar todo el dinero público malversado, o si me apuran solo la mitad de la cuantía, estoy seguro de que con los políticos dignos y honestos que nos quedarían, no tardaríamos ni cinco minutos en anunciar que nuestro sistema público de salud paga sin excepciones los tratamientos a todos los pacientes de la hepatitis C, que hay que invertir en educación y en ciencia y que de una vez por todas la ley de la dependencia va a tener la dotación que nuestros más desfavorecidos merecen. Esperemos pues que ahora que lo ha visto, la fiscalía no malverse la confianza infinita que siempre tuvimos en ella.